miércoles, 5 de diciembre de 2012

PROFECÍAS MAYAS Y CAMBIOS DE CONCIENCIA

            Los mayas no veían en la fecha del 21 de diciembre del 2012 un final, sino un renacimiento, un cambio de conciencia colectiva que dará comienzo a lo que muchos llaman un “nuevo mundo”. Según esta profética visión, en el transcurso de este mes tendrá lugar un hecho sin parangón: el inicio de una nueva Era que resultará y será indicada por el cruce del ecuador galáctico del meridiano solar, donde la Tierra se alineará con el centro de la galaxia.

Las supuestas profecías mayas, según las cuales el mundo se acabará en diciembre del 2012, son fruto de erróneas interpretaciones de los calendarios, signos y símbolos mayas. Para consuelo de muchos, el mundo no se va a acabar en estas fechas; más bien, como os decía, se podría interpretar como el inicio de una Era de significativos cambios y transformaciones… relevantes hechos que parecen estar cogiendo forma desde hace ya algún tiempo.

Al parecer, al amanecer del 21 de diciembre del 2012, va a suceder un fenómeno astronómico muy singular y significativo: el Sol se elevará para coincidir con la intersección de la Vía Láctea y el plano de la elíptica, formándose en el cielo una inmensa cruz. Esta Cruz Cósmica es considerada como una personificación del Árbol Sagrado, el Árbol de la Vida, un árbol recordado en todas las tradiciones espirituales del mundo. Esta alineación con el corazón de la galaxia abrirá un canal para que la energía cósmica fluya a través de la Tierra, purificándola a ella y a todo lo que more sobre ella, elevándolo todo a un nivel superior de vibración. El proceso hace tiempo que ha comenzado. De ahí la importancia de señalar que el solsticio de invierno del 2012 no marca el fin del mundo, sino el fin de una manera de ver y entender las cosas.

Hoy en día nadie duda de la sabiduría del pueblo maya, una de las pocas civilizaciones antiguas que ha sobrevivido a través de los siglos y que casi destruimos los españoles tras la conquista. Una civilización que nos dejó un legado científico y astronómico de incalculable valor. En el área de la astronomía, predijeron con una exactitud impresionante eventos cósmicos como eclipses; calcularon a la perfección las órbitas de los planetas; desarrollaron cálculos sobre los movimientos sinódicos del planeta Venus y sobre los de las manchas solares; desarrollaron el calendario más perfecto que se ha creado, al cual hay que agregarle un día cada 180,000 años; desarrollaron 20 calendarios entre los cuales se encuentran el calendario sagrado Cholq’ij (calendario humano en torno al cual gira todo el mundo maya), el calendario Ab´, (calendario basado en el año solar), el calendario agrícola, el calendario lunar y el calendario venusino, entre otros. Hicieron grandes avances matemáticos. Fueron los primeros en crear el concepto del cero y las fracciones. Desarrollaron un sistema vigesimal que con el uso de sólo tres símbolos (el cero, el punto y la barra) permite hacer todas las operaciones aritméticas, tales como suma, resta, multiplicación, división, raíz cúbica y raíz cuadrada. En arquitectura e ingeniería hicieron avances extraordinarios y construcciones monumentales, como las famosas pirámides. Desarrollaron sistemas de irrigación y construyeron un acueducto subterráneo que se considera la construcción más grande que ha hecho el ser humano. Además, desarrollaron un sofisticado sistema social basado en la teocracia que funcionó a la perfección por miles de años y que se caracterizó por la complementariedad de género entre mujer y hombre.

Tras conocer este breve resumen sobre ellos qué duda cabe de que estamos hablando de unos visionarios que, con siglos de antelación, ya sabían que el hombre de nuestros días acabaría destruyendo cuanto le rodea, a sus semejantes e, incluso, a sí mismo. Y, de hecho, así vivimos en la actualidad, sumidos en una crisis generalizada, una crisis que hunde estructuras y destapa verdades encubiertas, en un período en el cual se está produciendo una convergencia global de destrucción medioambiental, caos social, terremotos y otros desastres como guerras y cambios progresivos en todo el planeta. Estamos viviendo una etapa que requiere cambios urgentes, porque la base en la que estaban asentados muchos de nuestros sistemas no era sólida. Por doquier acampaba a sus anchas el fantasma destructor de la corrupción y la hipocresía. Y quien crea que exagero, tal vez haya visto poco las noticias…

            Estamos viviendo en la Era más importante de los calendarios y profecías mayas. Todas las profecías del mundo, todas las tradiciones, estarían convergiendo ahora. Y, según esta visión, la humanidad continuará de una manera ciertamente diferente al cambiar las estructuras materiales: tendremos la oportunidad de ser más humanos. Y como todo cambio requiere acción, necesitamos trabajar juntos por la paz y el equilibrio. Sean cual sean nuestras creencias, es el momento de despertar. No estamos aquí sin una razón, hemos venido con un propósito importante y ahora se nos brinda la oportunidad de crecer. Necesitamos actuar, introducir mejoras y elegir personas que nos representen, que entiendan y que vayan a decidir acciones políticas para respetar la Tierra.

            Aprendamos de nuevo, si es que lo hemos olvidado, el significado y la importancia de conceptos tales como el amor, el respeto, la tolerancia, el compartir, la gratitud y el perdón. No es nada complejo, nada elaborado. El conocimiento está codificado en la sangre, en los genes, en el ADN de cada persona. Todo lo que necesitamos está dentro de nosotros. Grandes maestros lo han dicho desde un principio: “Encuentren su corazón, y encontrarán su camino”. Pues sólo existen dos maneras de esparcir la luz: siendo la lámpara que la emite o el espejo que la refleja.