martes, 30 de julio de 2019

SUMAS Y RESTAS


Mi madre en los pasillos del hospital clínico Dr. Peset. Valencia. Julio 2018.

En una habitación de hospital, día tras día, sobran momentos para la reflexión… para las miradas perdidas, las tímidas sonrisas, las lágrimas disimuladas. El tiempo se detiene y te familiarizas con ese sonido particular, a veces molesto, que proviene de los pasillos. Pasas a formar parte de un listado y de ese ostracismo médico que puede representarse, metafóricamente, como una inmensa red de araña psicológica que se despliega ante ti. No sabes qué va a pasar al minuto siguiente… estás desnudo, subordinado al criterio médico. Y te dejas hacer... La rutina te engulle y los minutos pesan. Un lugar donde hay que estar muy tranquilo, muy mentalizado, para conseguir mantener el equilibrio. No es el mejor lugar para recibir visitas, no… pero, paradójicamente, es donde más se suelen recibir. Y, claro, en contrapartida, destacan las ausencias.
 
De vez en cuando, fluye ante tus ojos un ir y venir de universos infinitos. Esas personas que, esporádicamente, llegan... con sus preocupaciones, sus teorías, sus ideas preconcebidas a veces acertadas, otras distorsionadas, de la realidad… que acaban, algunas veces, convirtiéndose en una distracción o un choque emocional de malentendidos o desencuentros. Es, en éste último caso, cuando en tu interior sólo ruegas silencio... ¡Silencio! ¡Calma!
Y entonces, en los pasillos, el trasiego de la rutina, se impone. Pasos, voces, portazos.

Vienen unos y dejan sus consejos. Otros intentan animar el ambiente con palabras de esperanza. El enfermo terminal suele asentir en silencio. O mirarte fijamente, sin poder responder nada. Cada uno vive la situación desde su perspectiva, conforme a sus recursos. Sí, es una forma de aportar luz... Otros llegan y, desde su ignorancia o frustración, como forma de mostrar sus sentimientos, tratan al enfermo como si de un inútil se tratara. No. Mientras pueda valerse por sí mismo debemos respetar su espacio personal y autonomía. Pese a su lentitud. Pese a todo. La persona puede estar enferma e impedida o sólo enferma. Que se exprese… estar cerca pero sin agobiar, es el mayor acierto. El cuidador sabe perfectamente el estado de quien está cuidando y sus necesidades...

Mensaje. Avinguda Germans Maristes. Valencia. Julio 2018

Saber que puedes morir te hace más consciente. A algunas personas, tras asimilar el fatal diagnóstico, les llega la calma. La resignación se lee en sus rostros y su respuesta a toda muestra de ánimo es una sonrisa cómplice. Ahí está la señal de que entendieron todo. Han entendido que, a veces, es inútil nadar contracorriente. Entonces, y sólo entonces, tras la resignación llega la aceptación y la conformidad... y dejan de aferrarse a la vida. Y empiezan a soltar… soltar... cosas, personas, ideas, creencias… todo. Es el fin de los apegos. La entrada a un nuevo estado de conciencia. Una meta difícil de alcanzar pero que hace más amable esa transición.

El acompañamiento de un enfermo terminal puede considerarse como un regalo. Una experiencia que comienza y culmina entre cuatro paredes. Donde los gestos cobran más importancia que nunca. Donde enfermo y acompañante emprenden un incierto camino y establecen una comunicación que se extiende más allá de las palabras. Los sentimientos están a flor de piel. La tristeza y la gratitud van de la mano... Hay momentos para todo y se debe echar mano de la mayor fuerza moral de la que seas poseedor. Y en ese punto sólo hay espacio para la gratitud. No hay lugar para el resentimiento. Los mejores sentimientos convergen. Al fin, desaparecen los villanos... y se empieza a ver el mundo desde otro prisma.

Mi madre atendiendo una llamada. 8 de Julio 2018.

Realmente nadie es responsable de la vida de nadie. Por mucha frustración que sintamos, es inútil proyectar nuestra ira sobre éste o sobre aquel. No hay culpables. El juego de la vida requiere sabiduría y acción y, precisamente por eso, también está expuesto al error y a la caída. Las expectativas que hemos ido creando respecto a personas y cosas se esfuman como el fútil humo de un cigarrillo. En ese punto, sí, ahí, comprendes que nadie está en el mundo para hacer feliz a nadie. Que somos responsables de nuestra propia felicidad y nadie vive para cumplir nuestras expectativas. Todo el amor entregado de forma altruista e incondicional no puede esperar ser retribuido. Porque el amor es un regalo, algo voluntario. Y la recompensa de una buena acción reside, precisamente, en haberla hecho. Es por eso, creo yo, que muchos mueren con la paz y la satisfacción de dejar la misión más que cumplida.

Y sí, también... en esos últimos días, entre esas cuatro paredes, se nos da la oportunidad de descubrir las almas puras, los sentimientos sinceros y los egos que buscan culpables porque, como decía, ignoran que la vida es un viaje de crecimiento individual y colectivo pero, sobre todo, individual... donde cada ser tiene un recorrido, necesita vivir necesariamente ciertas experiencias y, sobre todo, aprender a amarse y no dejarse para después... sabiduría que te libera de la necesidad de ser amado y su correspondiente frustración ante las expectativas. Por lo tanto, ante cualquier situación límite, procuremos que nuestra actitud sume más que reste.

Hospital Clínico Dr. Peset Aleixandre. Zona ascensores. Valencia. Julio 2018

Siempre agradecer la atención, el contacto, el tacto... cada muestra de afecto y sensibilidad que brindamos hacia el enfermo… y hacia su cuidador. Ambos forman un tándem y muchos olvidan que, en momentos como ésos, suelen acabar siendo cómplices de confesiones, secretos, momentos compartidos en blanco y gigantes sentimientos.


©Rosa Sánchez
30 de julio de 2019

©Texto basado en reflexiones personales tras la experiencia vivida junto a mi madre hace un año por estas fechas; en homenaje a su ejemplo abnegado de lucha, resignación, fortaleza, dignidad y calidad humana.

domingo, 21 de julio de 2019

DATA LÍMITE SEGÚN CHICO XAVIER



Con motivo de la supuesta “profecía” atribuida al gran espiritista brasileño Chico Xavier sobre la llegada de “los extraterrestres a la tierra” el 20 de Julio de 2019, según se ha interpretado el documental que habla al respecto, “Data Limite segundo Chico Xavier” (“Fecha Límite según Chico Xavier”), quisiera comentar algo…

1.- Las profecías son advertencias de “lo que podría pasar” si el ser humano no toma conciencia de la calidad de sus pensamientos, sentimientos y actos. El avance de la ciencia y la tecnología sin conciencia puede convertirse en el agujero negro de la humanidad. Nuestros propios avances en ciertas áreas de la ciencia puede acabar engulléndonos si no evolucionamos también en el terreno de la moral y el sentido común.

2.- Por diversos motivos, siempre se acaban sacando de contexto este tipo de mensajes en los que, además, se acaban añadiendo datos que distan mucho del mensaje original...distorsionando su sentido, confundiendo al espectador/lector y difamando al supuesto "profeta".

Internet es un medio que siempre está en expansión y se quema rápido. Hay que publicar mucho, a diario, y el consumo es selectivo y vertiginoso. Casi nada nos conmueve. Siempre estamos a la búsqueda de nuevos “estímulos”, de otro “mensaje” mejor o más impactante que el anterior… Por eso, donde hay demanda, se crea oferta… y viceversa. Abundan los grupos que se alimentan diariamente de mensajes/canalizaciones de seres de otros planos, unos anónimos y otros con nombre y apellidos. Y, repito, DIARIAMENTE. Todos los mensajes hablan más o menos de lo mismo y algunos son catastrofistas al extremo (tragedias, guerras mundiales, desastres naturales, etc.), creando así el “egregor” que acabará cogiendo forma como no elevemos la conciencia y trascendamos tantos siglos de oscurantismo y de poder/control a través del temor, el dolor y la carencia.

Chico Xavier no fue un profeta catastrofista ni un médium malintencionado. Simplemente reveló que desde el mundo espiritual se le concedía a la tierra un periodo de 50 años (cuyo inicio fecharon el día de la llegada del hombre a la luna y que, supuestamente, finalizó ayer, 20 de julio de 2019) como la oportunidad que se nos concedía a los terrestres para pasar de ser un planeta de expiación y prueba a otro de regeneración. Como ya sabemos, si conseguimos elevar nuestra estándar vibratorio, la tierra también asciende de nivel. El mensaje de Chico se centra en que durante este periodo el hombre no debía poner en marcha una Tercera Guerra Mundial, puesto que esta vez, a diferencia de todas las guerras anteriores, cuenta con armas más avanzadas y tecnología nuclear con la capacidad de destruir 80 veces la tierra. Por eso decía antes, el progreso de la ciencia y la tecnología sin conciencia, no sirve de nada.

Dicho esto, quisiera añadir que quien sostenga, que para que el mundo se regenere y cambie de estándar vibratorio, es necesario un apocalipsis… no vibra conforme a la nueva conciencia. No hay necesidad de austeridad, renuncia, despojo, dolor, pobreza ni temor de Dios para ascender. La actitud de la ascensión es ARMONÍA, PAZ INTERNA Y GOZO. Estos dos primeros principios otorgan Claridad Mental y, los otros dos, Poder Personal. Digamos adiós a las viejas creencias y vibremos alto. Somos Luz y Amor. Somos UNO.

Rosa Sánchez ®
21 de julio de 2019

VÍDEO DATA LÍMITE 

miércoles, 10 de julio de 2019

DACHAU, UN PASEO POR LAS PROFUNDIDADES DEL INFIERNO


La subida al poder de Hitler y todo lo que aconteció a continuación en la Alemania del Tercer Reich podría considerarse una de las mayores infamias en la historia de la humanidad. Aunque, desgraciadamente, no puedo decir la única. Ha habido cientos de guerras, miles de abusos e injusticias de todo tipo, sin obviar que todavía existen campos de prisioneros en la actualidad y muchas cárceles de hoy no se quedan atrás respecto a aquellos “campos del horror”.

Réplica de la puerta original de entrada al campo de Dachau.
La original está en el museo del campo, tras ser robada y aparecer misteriosamente en Noruega.

En Dachau (Múnich) está el primer campo de “trabajo” que se abrió en Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial. El régimen nazi utilizó la ubicación de una antigua fábrica de munición cuya apertura se había prohibido tras la firma del tratado de Versalles, al término de la Primera Guerra Mundial. Pero Hitler, a pesar de su mediocridad como ser humano, era un auténtico estratega de la mentira y la manipulación y parecía estar mecido por vientos favorables a la hora de dar vida a sus metas y ambiciones. Aprovechó la mala situación económica del país, entre otros acontecimientos que utilizó en su favor, para infundir miedo en el pueblo, en el mismo presidente de la república y fundar un partido que terminaría siendo una vergüenza para Alemania y para el mundo entero. Así tal cual, resumiendo mucho.

Propaganda nazi.
Usaban fotos del primer día de llegada donde los prisioneros
todavía lucen buen aspecto, cabeza sin rapar y sus propias ropas.


La propaganda nazi mintió y utilizó al pueblo desde el principio. Los nazis se guardaban mucho a la hora de dar una imagen ideal de conducta mediante la exhibición de videos y fotografías donde se hacía creer al pueblo que el “enemigo” estaba siendo bien tratado, reeducado en los grandes valores alemanes mediante la disciplina del trabajo para volver a ser integrado en la sociedad. Nada más lejos de la realidad. Por ello, todo civil tenía determinantemente prohibido acercarse a los campos.

Los presos que hubo en Dachau, de diferentes lugares, en cifras.

Todavía hay intolerancia en el ser humano, todavía hay racismo, todavía hay rencor, odio gratuito, absurdo. Cada vez que alguien no es acogido, cada vez que alguien es discriminado, juzgado… en el ámbito que sea, el pasado vuelve. Y sucede cada día, cada momento, en todos los grupos humanos e incluso en el seno de las familias.

Una imagen significativa para representar la magnitud de la tragedia.

Estuve allí, en Dachau. Me paseé por las calles donde otrora se ubicasen los barracones. Estuve en la exposición y vi el vídeo de la liberación del campo. Entré en las salas de aislamiento (bunker) y me perdí en los crematorios. Entré allí, en la cámara de gas, las supuestas “duchas”. Me estremecí con el sufrimiento gratuito y el odio irracional. Por un día fui uno más y no fui nadie. Mi cabeza estaba rapada y mi nombre era un simple número. Conseguí ponerme en el lugar del abusado, del discriminado, del humillado, del torturado… a ratos, aunque sólo fuesen segundos. Demasiado dolor y demasiada incertidumbre. ¿Qué iba a pasar en el minuto siguiente? No sabía. La humedad en el bunker corroía las paredes. El frío entumecedor. Cada minuto era un “regalo” pero ¿con qué finalidad? ¿Por qué valía la pena conservar la vida a cualquier precio? El ser humano ha evolucionado gracias a su instinto de supervivencia. Siempre se espera que suceda “algo”. Un giro, un milagro, algo. Cada cual se aferra a un motivo y existen muchos a los que aferrarse. Un familiar, un amor. Algo o alguien. O ambas cosas.

Edificio donde se interrogaba a los recién llegados
que incluye múltiples celdas de castigo. (Bunker)

¿Por qué nos sentimos identificados con los que sufren? La respuesta es sencilla. Estamos dotados de una conciencia que despierta nuestro instinto de protección, los más nobles sentimientos, y que reacciona frente a la adversidad y a la vulnerabilidad propia y ajena. Conforme evolucionamos moralmente, conforme integramos el lado “oscuro” de nuestra personalidad, se despiertan instintos más y más nobles. Sí, dentro de cada persona de bien también existe un lado oscuro, ese mismo que deja a un lado al corazón y movió a todo este ejército… un lado irracional, agresivo y egocéntrico que nos cuesta reconocer. Instintos primitivos lo llaman. Podemos llegar a ser muy crueles, muy severos con el otro, pero también poseemos cualidades y recursos innumerables para hacer el bien…

Único dispersor de ducha falso que se conserva en la cámara
de gas del campo de Dachau,
los demás han sido sustraídos por los visitantes.

¿Pero qué clase de sentimientos mueven a un maltratador sino son éstos de crueldad e inferioridad? ¿Será que también hay en nosotros un prisionero, alguien discriminado, maltratado, falto de afecto, de amor, de reconocimiento… un estado de nuestro ser deseoso de ser identificado, aceptado e integrado, que quiere destacar y por eso se hace daño y daña? No sé. La vida exige que alcancemos ya el equilibrio… Allí mismo, frente a la cámara de gas, me sentí la víctima y el verdugo. Ya juzgué y fui juzgada. Ya maltraté y fui maltratada. Ya discriminé y me discriminaron... Y también allí me di cuenta que, si uno pierde, nadie gana. Allí. Allí mismo... Sólo nos queda evolucionar.

"Crematorio. Piensa de qué modo morimos aquí".

Equilibrio. Sólo se consigue cuando se alcanza un estado de conciencia llamado Unidad. Cuando “el otro” es una extensión de ti mismo pero cuya singularidad y particularidades deben ser respetadas. Todo es una ilusión de la mente dual… en la división nos sentimos separados “del otro”, en la unidad somos “el mismo”. Es tan fácil y tan difícil a la vez comprender esto…

"En honor a los muertos para que sirva de advertencia a los vivos".

En Dachau, una estatua, junto a los crematorios, dice así: “En honor a los muertos para que sirva de advertencia a los vivos”. Pero poco hemos aprendido de la historia o, tal vez, nos falte información, sensibilidad… o ambas cosas. No sé. Espero que no. Al menos no a partir de cuando te molestas por documentarte bien sobre la verdadera historia.

Escrito en una litera por un visitante: "Never Again". "Nunca más".

Sirva este escrito de humilde reflexión y que cada uno elabore sus propias conclusiones. Que el horror de todo lo sucedido nos sirva para escarmentar en cabeza ajena más que verter críticas o emitir juicio alguno. Personalmente no puedo estar de acuerdo con una ideología que suponga una amenaza para la democracia, la convivencia pacífica, los derechos y las libertades de las personas.

10 de Julio de 2019
Texto y fotografías: Rosa Sánchez ©