-Si tienes malestares, llévalos con resignación.
-Nadie, absolutamente nadie, tiene la culpa de lo que te pasa.
-No asumas un papel de víctima, sigue siendo quien eres.
-Evita hablarle a todo el mundo sobre tu último parte médico. Si te preguntan, sé breve.
-Recuerda que a nadie le agrada escuchar “historias de hospital”, sin embargo, a todo el mundo le gusta rodearse de personas alegres.
-Es un comportamiento egoísta pretender que todo el mundo te escuche y se centre en tus problemas. Sé consciente de que cada persona arrastra sus propios problemas.
-Sé feliz, aunque no lo comprendas hoy, la enfermedad es sólo aprendizaje. Por lo tanto, de ahora en adelante, en vez de decir: “estoy enferm@”, es más conveniente que digas: “debo aprender algo”.
-Cuando dejes de considerarte un/a enferm@ y vuelvas a ser quien realmente eres, tu percepción de las cosas cambiará positivamente.
A continuación, una entrevista a Ghislaine Lactot, ex médico, publicada en La Vanguardia el 27/11/2002. Es antigua pero, a raíz de la entrada de hoy, la considero de gran interés:
Tengo una amiga que piensa como esa doctora. Yo soy más escéptica, como el periodista.
ResponderEliminarBien interesante el articulo Rosa.
ResponderEliminarYo no sé la extensión de eso de que nosotros producimos nuestras propias enfermedades
No sé sí habrá algunas por predisposición genética.
Pero, algo sí sé.Mi parte más débil son las amígdalas, y no hay vez que en algún quiebre triste de espíritu, no termine en cama volando en fiebre...
Un besote
He conocido la existencia de sus blog,mediante el de "la sonrisa de Hiperión" y los considero muy interesantes.Estoy de acuerdo con los consejos que menciona y he leido con interés el artículo de Ghislaine.Seguiré pasando para ver sus nuevas incorporaciones. Un saludo
ResponderEliminarRosa, un favor, dile a Gizela que ella no padece de las amígdalas, son las amígdalas quienes padecen de ella (jjajaj). Soy operado de cáncer, y lo único que me duele es no haber estado despierto en la operación para conversar con los "operadores". Yo voy bien, el cáncer... el pobre se murió, no aguantó la cirugía.
ResponderEliminarFernando: muchas gracias por sus amables palabras. Será un placer contar con sus comentarios.
ResponderEliminarUn saludo.
William: ¡enhorabuena! Le has plantado cara al cáncer ganándole la batalla. Decía mi abuela que de los cobardes no se había escrito nada, o muy poco.
Un placer tenerte aquí. Abrazos.