Como hemos observado desde la desaparición de Julen, siempre acaban
circulando bulos y despiadadas hipótesis/críticas hacia la familia por
parte de personas sin escrúpulos que gustan de hacer leña del árbol
caído. Forma parte de la condición humana. Y como siempre hay que
extraer una lectura positiva de todo esto, creo que todo esto sirve y
sucede para que las personas nos mostremos tal y como realmente somos.
¿Qué duda cabe?
Ante una situación estresante y dolorosa hay personas
que se acercan a ti como auténticos ángeles, con el corazón abierto y
dispuestas a todo por echar una mano... otras tratan de quedar bien
desde la palabra, y también están los buitres con delirios de grandeza
que se arremolinan en torno al cuerpo desde la perspectiva de la
crítica, buscando el error, echando todavía más tierra a una situación
más que crítica, incluso con la intención de hacer nacer en ti
sentimientos de culpabilidad por lo que está sucediendo...
Las vicisitudes de la vida tienen el poder de desenmascarar a las
personas. Ahí descubres realmente su grado de humanidad, su empatía
hacia el otro, su sensibilidad ante el dolor ajeno. A veces la vida te
sorprende, otras no... La sangre hace parientes, la lealtad te hace
familia. Por eso me quedo con la reflexión de que, aunque vivimos en un
mundo dual, aunque todo en la vida tiene dos caras, las cosas siempre
suceden para conseguir que aflore al exterior la maravillosa flor de
loto que se lleva dentro o el barro estancado que no la deja florecer.
Yo siempre me quedaré con lo mejor de cada uno.
Rosa Sánchez ©
No hay comentarios:
Publicar un comentario