Según una vieja leyenda, un famoso guerrero fue de visita a la casa de un maestro Zen. Al llegar se presentó a éste contándole todos los títulos y aprendizajes que había obtenido en años de sacrificados y largos estudios.
Después de tan sesuda presentación le explica que había ido a verlo para que le enseñara los secretos del conocimiento Zen.
Por toda respuesta el maestro se limitó a invitarlo a sentarse y ofrecerle una taza de té.
Aparentemente distraído, sin dar muestras de mayor preocupación, el maestro vertió té en la taza del guerrero y continúo vertiendo té aún después de que la taza estuviera llena.
Consternado, el guerrero le advirtió al maestro que la taza ya estaba llena y que el té se escurría por la mesa.
El maestro le respondió con tranquilidad:
Después de tan sesuda presentación le explica que había ido a verlo para que le enseñara los secretos del conocimiento Zen.
Por toda respuesta el maestro se limitó a invitarlo a sentarse y ofrecerle una taza de té.
Aparentemente distraído, sin dar muestras de mayor preocupación, el maestro vertió té en la taza del guerrero y continúo vertiendo té aún después de que la taza estuviera llena.
Consternado, el guerrero le advirtió al maestro que la taza ya estaba llena y que el té se escurría por la mesa.
El maestro le respondió con tranquilidad:
-Exactamente señor. Si usted ya viene con la taza llena: ¿cómo podría aprender algo?
Ante la expresión incrédula del guerrero el maestro enfatizó:
Ante la expresión incrédula del guerrero el maestro enfatizó:
-A menos que su taza esté vacía, no podrá aprender nada.
Buenísima la historia!!!!!
ResponderEliminar1Me encanta!!!!!
Reviste mucha sabiduría aplicable a nuestras vidas.
Besotes y lindo finde
Gizz
Es la actitud primera que debemos llevar a cualquier lugar que vayamos, porque detrás de la frase: "siempre se aprende algo", está la actitud con la que vayamos. Indudablemente, si vamos con la taza llena no nos podrá entrar nada más...
ResponderEliminarUn abrazo.
" No hay personas tan vacías como las que están llenas de sí"
ResponderEliminarMe gustó.
ResponderEliminarLa diferencia crucial entre un sabio y un ignorante no va por cuanto se conozca o cuanto se sepa, es que un ignorante no conoce su ignorancia.