Quería compartir con vosotros este precioso cuento que ha llegado hasta mí como un propósito más de ayudar al ser humano en su despertar espiritual. Que lo disfrutéis.
Una anciana buscaba con visible preocupación un objeto por el angosto empedrado de una concurrida callejuela. Enseguida, un atento muchacho, percibiendo el apuro en el que se encontraba la mujer, se dirigió a ella diciendo:
–¿Qué busca, señora? Tal vez yo pueda ayudarle.
La mujer alzó el rostro sorprendida y contestó:
–Busco una aguja que se me ha perdido hace un momento, si es tan amable, le agradecería el gesto enormemente.
–Por supuesto –contestó el joven, pensando en la sencilla aguja–. Será un placer.
Y de esta forma se puso a buscar junto a la anciana la aguja perdida.
Pero pasaba el tiempo y no encontraban nada, al menos no lo que buscaban con tanto ahínco. Muchos viandantes que pasaban por allí se incorporaron a la búsqueda, llegando a la desesperación y desistiendo al poco tiempo.
El primer joven que se había acercado a ayudar a la mujer anciana, confuso por la infructuosa búsqueda, tuvo una idea: le preguntaría a la mujer dónde la había perdido y se pondría a buscar en aquel lugar. La mujer le respondió:
–La perdí en casa pero he salido a la calle a buscarla porque aquí hay más luz.
El muchacho quedó atónito, casi avergonzado por la respuesta.
–¡Pero, señora! –le replicó algo indignado–: ¿No cree que lo acertado sería buscarla en su casa pese a que en la calle haya más luz?
La mujer sonrió levemente mientras una mirada de compasión asomaba a sus ojos.
–¿Parece absurdo, verdad? Pero, descuide joven, porque no lo es. Yo también llevo años sufriendo por muchos de ustedes…–explicó la anciana–. El problema de muchas personas es buscar fuera lo que tienen dentro, pues el miedo no les deja ver bien en su propio interior.
Una anciana buscaba con visible preocupación un objeto por el angosto empedrado de una concurrida callejuela. Enseguida, un atento muchacho, percibiendo el apuro en el que se encontraba la mujer, se dirigió a ella diciendo:
–¿Qué busca, señora? Tal vez yo pueda ayudarle.
La mujer alzó el rostro sorprendida y contestó:
–Busco una aguja que se me ha perdido hace un momento, si es tan amable, le agradecería el gesto enormemente.
–Por supuesto –contestó el joven, pensando en la sencilla aguja–. Será un placer.
Y de esta forma se puso a buscar junto a la anciana la aguja perdida.
Pero pasaba el tiempo y no encontraban nada, al menos no lo que buscaban con tanto ahínco. Muchos viandantes que pasaban por allí se incorporaron a la búsqueda, llegando a la desesperación y desistiendo al poco tiempo.
El primer joven que se había acercado a ayudar a la mujer anciana, confuso por la infructuosa búsqueda, tuvo una idea: le preguntaría a la mujer dónde la había perdido y se pondría a buscar en aquel lugar. La mujer le respondió:
–La perdí en casa pero he salido a la calle a buscarla porque aquí hay más luz.
El muchacho quedó atónito, casi avergonzado por la respuesta.
–¡Pero, señora! –le replicó algo indignado–: ¿No cree que lo acertado sería buscarla en su casa pese a que en la calle haya más luz?
La mujer sonrió levemente mientras una mirada de compasión asomaba a sus ojos.
–¿Parece absurdo, verdad? Pero, descuide joven, porque no lo es. Yo también llevo años sufriendo por muchos de ustedes…–explicó la anciana–. El problema de muchas personas es buscar fuera lo que tienen dentro, pues el miedo no les deja ver bien en su propio interior.
Buena lección. Me recuerda a San Agustín, donde en sus confesiones dice: Te busque señor fuera de mía y no te hayé, solo cuando miré en mi interior ví que siempre habías estado ahí conmigo". Sepamos mirar las cosas de forma sencilla como la historia que nos has contado. Un beso
ResponderEliminarHola. Querría comunicar lo que me ha pasado en el blog del manifiestoporlasolidaridad. Ayer dejé un comentario y hoy he comprobado que lo han quitado. Como no me explico qué error cometí, pongo aquí el comentario, para que me ayudéis. Más o menos puse lo siguiente:
ResponderEliminar"Que la lectura del Manifiesto no se quede sólo en palabras. Las acciones son urgentes, así que ¡ACTUEMOS! Por cierto ya podemos ver el video de la primera lectura del manifiesto que se hizo en mi pueblo, Pilar de la Horadada, que está publicado en el blog de mi paisana. Y no olvidemos que los "protagonistas" de cualquier denuncia o lectura de manifiestos que se hagan en favor de los desfavorecidos son siempre y únicamente "los mismos desfavorecidos". (Hasta aquí lo que dejé en el blog del manifiesto).
Me pregunto cuál de estas razones está equivocada o les haya podido ofender: 1. ¿La finalidad del Manifiesto está en sí mismo? ¿Son sólo palabras? 2. ¿No piensan que son necesarias actuaciones concretas además del bla,bla,bla...? ¿Y no somos todos responsables de actuar, o nos conformamos con decir a otros lo que tienen que hacer? 3. ¿Les molesta que se pueda comprobar cómo se hizo la primera lectura del Manifiesto? ¿No nació el blog (según dicen) para dar a conocer por todos los medios posibles este manifiesto? 4. ¿Acaso podemos atribuirnos el protagonismo en un asunto tan grave y crítico? ¿Es ético servirse de los desfavorecidos para exigir un reconocimiento porque tratamos de hacer justicia con ellos no digo para compartir lo nuestro, sino para darles lo que en derecho les corresponde?
Gracias por llegar hasta aquí. Agradecería a Rosa o a los que visitan este blog me den una lucecita para que pueda ver mis errores.
Yo, lo único que puedo decir, Pilareño, es que ayer leí tu comentario en el blog del Manifiesto y era exactamente lo que has escrito aquí. Y hoy está eliminado, lo he comprobado a las tres menos cuarto y ya no estaba. No sé por qué está borrado ni por qué no se quiere reconocer que la primera lectura fue en Pilar de la Horadada, pero lo cierto es que el comentario ha desaparecido.
ResponderEliminarPilareño: lo tuyo es hablar claro y te doy la enhorabuena: en este blog no hay censura.
ResponderEliminar¿Qué te puedo decir del Manifiesto? Ciertamente se trata de un tema lejano, aunque agradezco que hoy saques a la luz las inquietudes de tu interior en honor a la verdad. No te conozco pero intuyo que eres un hombre justo.
No sé hasta qué grado te has podido sentir ofendido por lo ocurrido en el otro blog, yo te aseguro que desde que el creador del Manifiesto hizo el "paripei" de reconciliarse conmigo "en público", aquí en mi blog porque así lo pedía la presión de comentarios en su contra, queriendo hacer ver que todo iba bien entre nosotros para a los dos días quitarse de mi blog y no volverme a invitar a participar como colaboradora del blog del Manifiesto, ni querer ningún tipo de relación conmigo, sinceramente creo que quedó todo bien claro.
Tobo iba bien entre nosotros hasta el día que tenía lugar la lectura en el Pilar, ese mismo día arremetió con su entrada "Espíritu del 30 de enero" versus "Pilar de la Horadada" y otros desplantes similares sólo por haber hecho realidad la Lectura de su Manifiesto aquí. Hecho que me costó un poquito superar.
Mi filosofía va por otro camino. No se puede buscar la verdad creando oscuridad porque la verdad es luz.
Te recomiendo que no te molestes ni te sientas ofendido. Pero tienes razón, tus planteamientos son muy nobles. El mayor problema de todo este asunto es que se juzgó lo que ocurrió aquí. Gracias a Dios existe un vídeo. Y todos han podido comprobar que yo... me quedé detrás de la cámara. ¿Qué intereses me movían sino la lucha contra la pobreza?
Hagamos borrón y cuenta nueva. Publiqué el vídeo en cuanto lo tuve, aunque no para suscitar viejos rencores, sino porque al final la verdad es lo que triunfa.
Un fuerte abrazo.
Ana: eres valiente y, lo mejor, sabes "ver" por ti misma. Eres independiente y no te dejas influenciar por otras opiniones diferentes a lo que tú piensas. Te doy un 10.
Un fuerte abrazo.
Hola Rosa, interesante reflexión la que se extrae del cuento... Nos pasamos la vida buscando tesoros en las cosas, en otros, y no nos damos cuenta que el tesoro más cercano, más valuoso y que nunca nadie te podrá quitar está en nuentro propio interior.
ResponderEliminarRespecto al comentario de tu vecino "pilareño" deciros que leí su comentario y lo encontré de lo más correcto. Yo también opiné y de momento no se "ha borrado"... Por otra parte estoy orgulloso de haber participado con todos tus vecinos en la primera lectura de uno de los muchos "manifiestos" que he encontrado en internet.
Un abrazo para ti y para "el pilareño",
PAZ Y AMOR para todos, sobre todo para ELLOS...
Ángel: es verdad, muchas personas, desde diferentes corrientes, han trasmitido el mensaje: dentro está lo que buscamos.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
José Mª: cuando desaparece el miedo que ensombrece nuestro interior... vuelve la claridad. Sí, dentro de uno/a mismo/a pueden encontrarse muchas respuestas.
Y nosotros estamos orgullosos de poder haber contado contigo: la única persona que acudió a la lectura, desde muy lejos además, habiéndose enterado a través del blog del manifiesto.
Una persona decidida y valiente que cuando alguien le invitó a leer un fragmento del Manifiesto no se lo pensó dos veces.
Saludos para ti y para tus hijos.
Conocía esta historia y su enseñanza es tan profunda como verdadera. Las respuestas a lo que realmente buscamos están dentro de nosotros. Tras todo lo que necesitamos está el concepto felicidad. Todos queremos ser felices, pero esta felicidad de aquí abajo está mediatizada por el tiempo: "todo es finito, se termina, y vuelta a empezar, a buscar". Lo que todos buscamos es el agua que nos quite la sed para siempre, ¡que no tengamos que estar bebiendo a cada instante! Un agua viva que nunca deje de colmarnos de paz, gozo y alegría. Y ese elixir está dentro de nuestra propia casa, no en la calle.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo en XTO.JESÚS.