Alberto leyendo en braille ante el periodista Emilio Tomás García, conductor de la presentación de 'Huellas de Luz' en Pilar de la Horadada |
Como se dijo que ‘quien comparte, se queda con
más’, por aquello de ser un poquito mejores cada día y hacer de la generosidad nuestra
seña de identidad, por todo ello mi intención y empeño por traer a Alberto Gil
a Pilar de la Horadada. Y porque se dijo también que nadie enciende una luz
para ponerla debajo de una mesa, sino para alumbrar a cuantos se encuentran en
la casa. Por los valores que transmite y de los que ya os hablaré, por lo que
enseñan sus vivencias y experiencias, por la magia que le rodea y por el
interés que despierta él y su mundo… por todo ello valía la pena proponérselo.
Y él, cómo no, aceptó encantado. Todo fuera por ser testimonio de superación y
esperanza, por alumbrar con su resplandeciente luz a cuantos se dejaran
alcanzar haciendo visible el mundo de la discapacidad visual, por sensibilizar,
por estar ahí y tantas otras cosas. Por eso llegó hasta aquí embarcándose en
otra de sus odiseas literarias, cumpliendo su palabra y saliendo airoso de toda
clase de obstáculos y otras vicisitudes del día a día. Haciendo de la amistad
gala y ornato, su tarjeta de presentación. Por todo eso y para consolidar
mediante un emocionado encuentro la amistad que empezó a forjarse entre
nosotros, hace ya la friolera de cinco años, gracias a un blog solidario de
internet donde ambos éramos comentaristas…
En la librería 'El Baúl del Libro' 18-5-13 |
Ése es Alberto Gil. Dinámico, divertido y amigo de
sus amigos. Explorador innato. Arqueólogo vocacional. Viajero incansable, de
los que se la juegan apostando siempre por los retos más difíciles. Portador de
luz, como os decía y no me canso de repetir, estandarte de ejemplaridad. Amigo
fiel. Hombre honesto y sencillo. Orador que sabe transmitir como nadie su saber
con naturalidad, cercanía y humildad, haciendo gala de aquellos principios y
valores que aprendiera de sus padres. Precisamente lo que termina haciendo de él
un alma grande y la respuesta a cómo llega a grandes y pequeños por igual, ya
que en ello basa su razón de ser. Porque con Alberto se da la controversia de
que no hay secretos y, al mismo tiempo, sí los hay: entrega desinteresada, modestia,
coraje, tenacidad… Pero, ¿de dónde saca un hombre que lleva veintiséis años ciego
tanta energía, tanta ilusión, tantas ganas de vivir y salir adelante, además,
sirviendo de ejemplo a otros muchos que no pueden quejarse casi de nada? No me
queda duda alguna de que son dádivas procedentes de su espíritu de lucha y
superación, pero añadir también que aquí la literatura ha jugado un papel
importante… La literatura como arma, como tabla de salvación, como vía de
escape de la realidad, como puerta a un mundo paralelo, perfecto y más humano.
Lo entiendo bien.
Alberto dictando las dedicatorias que, acto seguido, firmaría |
Después de una triunfante presentación, donde
emocionó e hizo sonreír a partes iguales, como no podía ser de otra manera,
bajó feliz los escasos escalones que distan de la entrada de la librería ‘El
Baúl del Libro’ hasta la acera, con el corazón henchido por la acogida brindada.
Esbozando una de esas sonrisas de quien es sabedor que se deja el trabajo bien
hecho. Esa sonrisa que invita al optimismo y a la esperanza. Porque me consta
que prepara con esfuerzo y tesón cada viaje, realizando siempre un trabajo
metódico, calculado y bien organizado. Pero a la hora de exponer sus
experiencias abre el corazón de par y par y todo lo que fluye es música para
los oídos, no se trata de nada elaborado. Alberto se presta siempre a la
improvisación, como los grandes genios y maestros. Y el resultado no deja a
nadie indiferente. Doy fe.
Firma de libros |
¿Y cómo no? Como buen observador y filósofo de la
vida, rehúye de los estereotipos. No le agrada que le comparen ni comparar
porque cree en la individualidad del ser, en su autenticidad y valor como ser
único. Cree en la capacidad que todo ser humano posee para conseguir la paz y
la concordia, la felicidad y la realización personal contra cualquier
contratiempo. Cree en un ser superior que nos protege y que no deja nada al
azar. Y como buen guerrero de la luz, mediante su pasión por la literatura y
los libros, trata de hacer de este mundo un lugar más cálido. Más confortable y
seguro. Más amable y tolerante. Un lugar donde todos seríamos más felices si
así nos lo propusiéramos. Y, por su parte, lo consigue con creces, porque quien
se adentra en sus relatos, donde da vida a fantásticos seres y humanizados personajes,
descubre que, más que emocionar, enseña, transmite, enamora. Porque posee la
sensibilidad necesaria para transformar el llanto en risa. La magia y fantasía
suficientes para dar vida y forjar ilusiones. Y la creatividad que hace falta
para transportar al exigente y experimentado lector hasta ese universo
ilimitado del que se componen y da vida a sus relatos.
Presentación de 'Huellas de Luz' en la librería Códex de Orihuela 18-5-13 |
Y de las huellas que recoge en su libro, de todas esas
vivencias y experiencias personales: ¿qué destacar? Ah, sí, la sonrisa, sí... y
la amistad. Porque pudimos comprobar que este escritor comulga con el ejemplo. Es
un hombre de recursos que nunca se deja nada en el tintero. Dejó constancia de
ello hasta a su vuelta a Madrid, donde escribió una exhaustiva crónica de lo
acontecido donde tuvo recuerdos y palabras para todos. Y a mí, que me gustan
las personas que no son cortas de memoria, descubrí que en ese sentido, Alberto
Gil, mi gran amigo, se lleva la palma. Ni el conserje de la Casa Museo de
Miguel Hernández, que tuvimos el honor de visitar el día de su partida, escapó
a su agradecimiento en aquella crónica, tal y como acostumbraran hacer los
mejores dramaturgos, escritores y poetas de todos los tiempos.
Frente a la Casa Museo de Miguel Hernández 19-5-13 |
La verdad es que sin conocer a tan tremendo personaje, me parece de un valor y una fortaleza extraordinaria, poder desenvolverse como él lo hace... y como tú dices, tiene que tener muchísima luz, para poder iluminar todos sus caminos, ya que aunque sus ojos no vean, su corazón y espíritu tienen mas visión que todos nosotros juntos. ENHORABUENA y gracias por darnos tan buenos ejemplos. (P.D. Tu madre está preciosa en la última foto).
ResponderEliminarRosa, si dices que todo eso soy, con gran canto en los dientes me doy, ejejjeje. No creo que la cosa sea para tanto, tan solo trato de ser uno más y de ayudar compartiendo lo que tengo.
ResponderEliminarGranjearme tu amistad, ser protagonista de este artículo o de eventos como los que vivimos es mi mayor regalo y premio.
Una sonrisa siempre con mirada brillante de emoción es la que fijo al leer tus palabras inquietas y sinceras.
Cuídate y que sigamos ahí, creando magia, creatividad y testimonio.
Besos henchidos.
Fantástico artículo, Rosa. Y yo, habiendo tenido la oportunidad de conocer a Alberto, comparto tu opinión.
ResponderEliminar¡Menudo artículo te ha dedicado Rosa, Alberto! Rosa: Pásame alguna foto de las que salgo yo, para tener un recuerdo.
ResponderEliminarUn abrazo a los dos.