y a
lo que aspira el libro”
Jesús Alberto Gil Pardo, un prolífico y
excelente escritor de relatos de superación, esperanza y optimismo vinculados
con el mundo de la ceguera, vive solo, pero de forma plenamente integrada en
Madrid y trabaja como técnico de Biblioteca para la ONCE. Para este soriano de
nacimiento, licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Zaragoza,
y cuyos problemas visuales con los que nació degenerarían en ceguera a la
temprana edad de 20 años, no hay reto u obstáculo que se le resista. Y lo ha
dejado patente a su paso por nuestra localidad el pasado 18 de mayo, donde
tuvimos la oportunidad tanto de emocionarnos con sus experiencias y
motivaciones, como de conocer la interesante trayectoria que le llevó a
escribir su primer libro de relatos ‘Huellas
de Luz. Relatos de un ciego optimista y esperanzado para tiempos de crisis’,
cuya exitosa presentación tuvo lugar en ‘El Baúl del libro” de la mano del
veterano periodista Emilio Tomás García.
—Alberto, un lujo haber
contado con tu presencia en nuestra localidad. Te puedo asegurar que no has
dejado a nadie indiferente durante tu visita. ¿Te has sentido igualmente acogido
por el público de Pilar de la Horadada?
—Fue
un placer sentir, siquiera por unas horas, el ambiente de una localidad que
desconocía y que me impresionó gratamente. No olvidaré una mañana primaveral en
terraza, disfrutando de charla y sorpresas mientras sonaban las campanas del
reloj de la Iglesia. Como tampoco olvidaré la calidez con que fui recibido en
la librería y demás establecimientos donde degusté exquisitas viandas. Me sentí
bien, me sentí acogido y querido.
—¿Cuál era tu principal
objetivo al visitar nuestra localidad?
—Ante
todo, conocerte personalmente tras una amistad virtual de años. También hacer
visible la ceguera y mi libro, como testimonio de superación y ejemplo. “Si yo
puedo hacerlo, tú puedes hacerlo. Merece la pena que lo intentes”. Y de paso,
cómo no, practicar turismo por esas tierras, acercarme a la casa natal de
Miguel Hernández y disfrutar de la pasión por los libros en esos lugares
mágicos que siempre son las librerías; más aún, llevadas con tanto gusto y
profesionalidad como es el caso de ‘El Baúl del Libro’ y ‘Códex’.
—¿Qué impresión te
llevas de nuestro pueblo?
—En
cuanto a las impresiones que me llevo no pueden ser mejores: emoción, recuerdos
y momentos compartidos que tienen la categoría de únicos. En definitiva,
objetivo cumplido con creces.
—Cuéntanos un poco
sobre ti. ¿Cómo se te ocurrió la idea de escribir un libro de relatos? ¿Qué
mecanismos utilizaste para llevarlo a cabo?
—Desde
niño, la lectura siempre fue refugio en mis momentos de soledad y sueños:
fantaseé con que algún día yo también publicaría mi libro. Cuando llegué a
Madrid, en 2000, una vez adaptado a la gran ciudad con la ceguera por bandera,
me inscribí en un taller de creación literaria organizado por la ONCE. En él
descubrí lo bien que me sentía escribiendo relatos. Desde 2002 empecé a
acumular textos que fueron prodigándose cada vez más conforme iba teniendo
seguidores de ellos… En fin, que entre lo uno y lo otro, en agosto de 2011, en
las fiestas de mi pueblo, un buen amigo me convenció de que tenía material
suficiente para cumplir esa meta literaria. A partir de ahí se trataba de dar
coherencia a los relatos y buscar un hilo conductor. Ese hilo no sería otro que
agruparlos en huellas temáticas. El camino estaba trazado. Ya sólo me restaba
recorrerlo. No resultó fácil, pero el producto obtenido es magnífico, sin duda
alguna.
—Sobre tu libro: ¿qué
podemos encontrar en él? ¿Qué intentas transmitir a través de tus relatos?
—El
libro es un conjunto de 70 relatos, estructurados en 10 huellas, a modo de
capítulos temáticos, que representan mi
concepto de los que considero valores esenciales, y son señas de identidad que
la experiencia me demuestra que su práctica ayuda notablemente a afrontar la
vida con mejores perspectivas. El libro pretende ser luz para quien siente
oscuridad y ojalá deje esa huella, a modo de pisada, mediante la que los ciegos
identificamos a esos seres amigos que se acercan a nosotros. Dejar huella, ser
luz es a lo que aspiro y a lo que aspira el libro.
—¿Has recibido algún
tipo de ayuda para llevar a cabo este proyecto, el que tantas satisfacciones y
desvelos te está aportando?
—Sin
duda que si este libro está alcanzando el increíble éxito que, apenas un año
después de su edición, me ha deparado, es gracias a los numerosos apoyos con
que he contado en este tiempo. Mi familia que, en todo momento, ha estado a mi
lado como una legión. Quienes me asesoraron en los aspectos visuales (desde la
elección de la cubierta o el tipo de letra hasta la corrección ortográfica y
demás), excelentes guías editoriales pero mejores amigos. La ONCE concediéndome
una subvención para los gastos y dándome su respaldo mediático. Y todos quienes
han promovido actos de presencia del libro, siendo los últimos los del pasado
día 18 con tan buen hacer tuyo, de Emilio Tomás García y de los dueños de las
librerías. Es otra de mis máximas ésa que dice: “sin el apoyo de la familia y
de los amigos, uno no es que no sea nada, pero es muy poco”.
—Nos quedamos
impresionados al verte comenzar la presentación leyendo uno de tus relatos en braille.
¿Le ha costado a Alberto Gil adaptarse a esta nueva vida, considerando que no
nació ciego?
—La
adaptación a la ceguera fue dura, pero como siempre tuve claro que no queda
otra que tirar para adelante. Cuando vi, además, que otros como yo lo habían
superado, supe que yo también lo haría. En la ONCE nos enseñan las distintas
técnicas de orientación, movilidad y vida diaria para ser autónomos en el día a
día. Así que hasta aquí he llegado, eso sí, con esfuerzo, tenacidad y apoyos.
Antes que ciego soy persona y mi carácter emprendedor y tenaz me han ayudado,
además de preocuparme por aprender constantemente y tratar de granjearme
grandes amistades. La palabra ‘Amigo’ es muy importante para mí y procuro
cultivarla con mi mejor saber y entender.
Ahora
trato de que otras personas ciegas que vienen detrás de mí lo tengan más fácil
que yo: contribuyo, a través de mi trabajo y actuaciones particulares, en la
promoción de la lectura y el braille, tanto entre mis compañeros como cara a la
sociedad. Procuro participar plenamente en la vida cultural de mi entorno como
enriquecimiento personal y difusión de las capacidades de quienes padecemos una
discapacidad. Abogo por la reivindicación de la diferencia porque lo diferente
enriquece a la sociedad que la valora.
—Además de tu trabajo y
de todas las actividades que desarrollas a diario, también dedicas tiempo a
hacerte presente en el mundo de las nuevas tecnologías: podemos encontrarte en
twitter, facebook y, además, tienes un blog donde compartes experiencias e
ilusiones, además de esos mensajes de luz y esperanza que tanto te
caracterizan. Explícanos por qué lo creaste, con qué expectativas.
—Si
podemos asegurar que el sistema braille constituyó la primera revolución en el
acceso a la luz del conocimiento, y de ahí a nuestra normalización, las nuevas
tecnologías sería la segunda. Para mí, la tecnología es una ventana abierta al
mundo de la luz y la igualdad con los que ven. Así que a partir de esta certeza
mía, me propongo aprovechar todas sus posibilidades. Con un ordenador, si no
digo que soy ciego, nadie lo adivinaría y esto es muy grande a mi modo de
entender.
En
2007 doy un paso adelante y creo ‘Tiflohomero’, mi blog. Se trataba de
participar de la blogosfera y la web 2.0 para dar a conocer mi vocación
cultural y literaria además de acercar mi cotidianeidad de ciego como vía de
estímulo y difusión. ‘Tiflos’, en griego, significa ‘ciego’; y ‘Homero’ para mí
es todo un símbolo cultural y literario. Así que el nombre engloba la filosofía
del blog. 1154 entradas y más de 151.000 visitas avalan su madurez y logros. Después
me sumaría a Twitter y Facebook además de disponer de un teléfono táctil de
última generación. Todas estas herramientas que me ayudan a ser uno más, mi
gran meta.
—Respecto a la sociedad
en la que vivimos: ¿hay todavía mucho desconocimiento sobre el mundo de la
discapacidad visual? ¿Crees que se está avanzando en medios de adaptación para
haceros la vida más fácil o siguen existiendo incontables barreras?
—Sin
duda que se ha avanzado, pero queda aún mucho por andar. En mi día a día sigo
encontrándome con la perplejidad y desconocimiento de personas más o menos
voluntariosas a la hora de ayudarme pero que, precisamente por desconocimiento,
lo hacen de forma incorrecta. Siguen habiendo numerosas barreras porque no ha
calado verdaderamente el concepto de que la accesibilidad beneficia a todos los
ciudadanos, no sólo a los discapacitados, y que debe diseñarse para todos. La
accesibilidad y el diseño para todos bien planteado no sólo no son caros, sino
que representan oportunidades de negocio y facilitan la vida en general a todo
el mundo.
Hay
barreras en mi acceso al consumo, barreras en el uso de determinadas páginas
web, barreras en el transporte o en mi movilidad viaria. Se ha avanzado, sí,
pero continúa habiéndolas.
—¿Alberto Gil es
profeta en su tierra?
—Sí,
sin duda que lo he sido. Así lo atestigua el acto que se llevó a cabo en
Fuentestrún, mi pueblo, en el que, presidido por su alcalde, mis paisanos me
arroparon de forma maravillosa. Pero también, con la adquisición de numerosos
ejemplares por parte del Ayuntamiento de Soria y la Diputación Provincial. Para
mí, todo este respaldo constituye un gran honor y un verdadero impulso
motivador. Gozar de todo ello significa mucho para alguien como yo, escritor
novel que lucha por hacerse un humilde hueco en el complejo mundo del libro.
—En tus relatos haces
alusión al mundo del voluntariado en varias ocasiones. ¿‘Huellas de luz’ se
suma al carro de libros solidarios?
—Claro
que sí. En mi deambular cotidiano por una gran ciudad como Madrid, son
numerosas las ocasiones en que necesito ayuda y, por ello, la pido y espero
recibirla. Si eso me pasa a mí, entiendo que, cuando alguien demanda mi
solidaridad, yo debo hacer lo posible por responder en la misma medida que
espero yo aquélla. Soy consciente de que es poco lo que puedo hacer, pero quién
sabe si con un pequeño gesto mío, una sonrisa, la aportación que suponen los
derechos por la venta de ‘Huellas de Luz’ u otras acciones mías, puedan ayudar
a alguien a ser más feliz o a que tenga una llama de esperanza. Ojalá con mi pobre
aportación ayude a hacer de este mundo un hogar más cálido, no dando lo que me
sobra, sino compartiendo lo que tengo.
En
concreto, la Fundación Alaine, como beneficiaria de las ventas, ha promovido un
programa de energía en centros como colegios e incubadoras a partir de la
instalación de placas solares en el país africano de Benín y al que han puesto
el nombre del título del libro. Es un privilegio para mí que niños africanos
puedan disponer de luz a partir de lo que una persona ciega se ha empeñado en
conseguir.
—Y ya para finalizar,
Alberto: ¿tienes previsto volver a visitarnos en un futuro?
—Sin
duda que, por lo dicho, a uno le quedan ganas de regresar con más pausa y
sosiego, pero a corto plazo parece difícil. No querría, sin embargo, dejar de
volver algún día para repetir tan buenos ratos de generosidad y afecto con que
he sido obsequiado. De todas formas, Pilar de la Horadada y algunas de sus
buenas gentes ocupan ya para siempre un rinconcito de mi corazón.
Pues, Alberto, sólo me resta darte las gracias por tu visita en nombre del
pueblo de Pilar de la Horadada, por todo lo que nos has aportado, y animarte a
volver en un futuro no muy lejano para presentarnos tu próximo libro. Te
estaremos esperando con ilusión e interés, acogiéndote como mereces por ser
como eres, portador de luz y esperanza. Muchas gracias, amigo, y hasta la
próxima.
Poco me queda que decir sino fuera que Rosa es la culpable de ese éxito, por su afecto sincero de amistad, su empeño en que fuese protagonista mi humilde persona y por hacer fácil mi presencia.
ResponderEliminarEste soy yo, uno más que se hace grande con el apoyo de gentes tan entrañables y generosas como Rosa y su familia.
Mi agradecimiento público y eterno hacia ellos.
Besos de corazón henchido.
Alberto, tú tan agradecido como de costumbre... El mérito es todo tuyo. Si todo tu esfuerzo se ve recompensado en presentaciones como las que tuvieron lugar aquí, piensa que todo es por ti, por tu buena actitud y perseverancia, y por supuesto, por haber llevado a buen puerto un fabuloso libro como es 'Huellas de Luz'. Los demás no hacemos nada más que estar ahí. Y me queda la vaga sensación de que tú aún te merecías algo más...
EliminarCon cariño confeso.
Pués sí, Alberto, me ha emocionado mucho la entrevista que te hizo Rosa, porque yo me identifico contigo en muchos aspectos, y la verdad es que como bien dices, tenemos la enorme dicha de contar con el apoyo, amor y acogimiento de personas tan entrañables y extraordinarias como Rosa.
ResponderEliminarGracias por tu apoyo constante, y sobre todo por ser tan buena persona. ¡¡¡Muchos éxitos, Alberto y Rosa!!!. Gracias por dejarnos tantas huellas de luz.
Querido Fran:
EliminarAlberto y tú sois dos de las personas que más admiro. Pese a las vicisitudes del destino, ahí estáis, trasmitiendo vuestra fuerza y coraje a cuantos os rodean, y ese mensaje de optimismo que os caracteriza, aunque muchas veces no tengáis motivos para ello. Habéis venido al mundo a dar testimonio de que sí se puede y que vale la pena intentarlo. ¡Tenemos mucho que aprender de vosotros!
En lo que a mi respecta... reconozco que todavía podría hacer muchas cosas por los demás. ¡Ojalá algún día os alcance!
Un abrazo cariñoso para ti y tu fabulosa familia.