Accidentados senderos,
soleados muros encalados,
Mar azul profundo,
y la sonrisa de los niños…
No importa a qué lugar del mundo vayas, no importa cuántas lenguas sean habladas, y no importa cuántas veces las culturas y los gobiernos entren en conflicto, la risa de los niños es universalmente levantadora de ánimos. El regocijo de los adultos puede ser variadamente celoso, inseguro, sádico, cruel o absurdo, pero el sonido de niños jugando evoca el ideal de un acto simple y puro. Ahí no hay conceptos, ni ideologías, sólo el inocente placer de la vida.
Como adultos nos detenemos demasiado en nuestras complejidades, nuestras ansiedades existenciales, y nuestras preocupaciones y responsabilidades, donde solemos dejarnos la sonrisa.
soleados muros encalados,
Mar azul profundo,
y la sonrisa de los niños…
No importa a qué lugar del mundo vayas, no importa cuántas lenguas sean habladas, y no importa cuántas veces las culturas y los gobiernos entren en conflicto, la risa de los niños es universalmente levantadora de ánimos. El regocijo de los adultos puede ser variadamente celoso, inseguro, sádico, cruel o absurdo, pero el sonido de niños jugando evoca el ideal de un acto simple y puro. Ahí no hay conceptos, ni ideologías, sólo el inocente placer de la vida.
Como adultos nos detenemos demasiado en nuestras complejidades, nuestras ansiedades existenciales, y nuestras preocupaciones y responsabilidades, donde solemos dejarnos la sonrisa.
Hay quienes escuchan la alegría de los niños y suspiran por su perdida niñez. Y por eso mismo, porque no podemos volvernos niños otra vez, deberíamos confortarnos con el optimismo de ellos, contentarnos con su júbilo, impregnarnos de su sencillez.
Nos apura que nuestros niños crezcan. Pero lo mejor para ellos es vivir con plenitud cada año de sus vidas. Dejémoslos aprender lo que es apropiado a su edad, dejémoslos jugar. Y cuando la niñez se acabe en la adolescencia, ayudémoslos a una suave transición. Entonces sus sonrisas continuarán resonando con ánimo y esperanza para todos nosotros.
Nos apura que nuestros niños crezcan. Pero lo mejor para ellos es vivir con plenitud cada año de sus vidas. Dejémoslos aprender lo que es apropiado a su edad, dejémoslos jugar. Y cuando la niñez se acabe en la adolescencia, ayudémoslos a una suave transición. Entonces sus sonrisas continuarán resonando con ánimo y esperanza para todos nosotros.
Ojalá supiéramos hacer eso.
ResponderEliminar¿ Para quien sonrien?
ResponderEliminarSonrien por que no saben que lo hacen.
Los mayores que lo saben , no quieren hacerlo, y se quejan.
Ana: la educación es difícil, sí, pero con cariño y paciencia hasta las "fieras" se amansan. Saludos.
ResponderEliminarSomos creados a imagen y semejanza al Creador, y de niño nuestra semejanza es más pura, más cercana.
ResponderEliminarLos niños son transparentes, sinceros, sin segundas intenciones, puros, inocentes en sus intenciones, solidarios, también humanos e inhumanos, pero prontos al perdón, a la reconciliación... los niños son espejos en donde debemos mirarnos y sacar conclusiones.
Si queremos alcanzar lo que todos anhelamos y buscamos debemos esforzarnos en parecernos a los niños.
Un abrazo en XTO.JESÚS.
¿Y ese dedito del niño que señala el horizonte y pregunta? La respuesta le hace sonreír porque su ansia de comprender se ve satisfecha.
ResponderEliminarBuena noche y feliz semana.
Besos cariiñosos. Cuídate.
Lindo post!!!!!
ResponderEliminarMe encanta Rosa...
Ciertamente, deberíamos siempre pensar como ellos
Ver la vida a través de sus ojos
No perder la capacidad de asombro...que es lo que creo los hace siempre sonreír, hasta en las adversidades más profundas.
La noviecita de mi hijo está aquí en Madrid de visita, vive en Venezuela. Mi hijo ya tiene 23 años.Es primera vez que me enfrento con un noviazgo jajaja Y conducía el coche con mi hija hacia el super, hablando sobre el tema, y sin son ni ton me puse a lagrimear jajaja
De repente...me di cuenta que ya no era mi niñito.Mi hija se reía como una loca...
Pero es cierto, no hay que apurar nada...porque todo llega y es mejor haber disfrutado todas sus etapas...el tiempo vuela en ellos y en nosotros.
Besotesssssss
Hola Rosa me he pasado por tu casa y me ha encantado tú blog.
ResponderEliminarSi los adultos fuéramos capaces de reír la cuarta parte que un niño el mundo de todos fluiría de otra manera.
Muchos riso abrazos.
Mariajoriso
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios, con ellos estáis contribuyendo a dar vida a este espacio. GRACIAS.
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