viernes, 25 de mayo de 2012

¡VA POR TI, FRAN!


Nunca me ha gustado dejarme llevar por las apariencias y detesto esa frase que dice que lo que cuenta es la primera impresión. Es más, creo que no se debería juzgar a nadie por un primer y desafortunado encuentro, y muchos menos generalizar. Es una lección que la vida me ha enseñado y, con sinceridad, tampoco es ése mi estilo. Pero reconozco que mi fuerte es la observación y en más de una ocasión me han comentado, aquellos sorprendidos ante el análisis de algún detalle que había escapado a ojos de todos, que verdaderamente destaco como detective. Y, la verdad, si valgo o no para eso, pues no lo sé. Pero que me suelo equivocar pocas veces y donde pongo el ojo pongo la flecha… pues, ¿qué quieren que les diga? Serán ventajas de haber nacido bajo el signo del arquero, yo qué sé.

El caso es que desde el principio, tras tener el gusto de conocerle, vi en él algo especial y no me equivoqué. Su voz era dulce, su tez serena y su sonrisa sincera como he visto pocas. Y sí, en cada uno de nuestros breves y fugaces encuentros en el rellano, por la calle o en el ascensor, siempre lo he visto igual. Es un hombre íntegro, de tierno corazón y alma de acero. Y quien lo conoce más o menos tiempo, sabe que no me equivoco en nada. Y es ahora cuando se entiende el encabezamiento tan arrogante que le he dado a esta entrada. Mi intención no es la de brillar yo, amigos míos, sino resaltar lo mejor de él… y me refiero a mi amigo Fran.

Fran Martínez Mar destaca por su creatividad, hecho que pone de manifiesto que se deja llevar por la pasión y el entusiasmo; y como buena prueba de ello aquí tengo el honor de mostrar algunas de sus numerosas fotografías. Es capaz de dejarse morder por una más que respetable serpiente, de esas de cuanto más lejos mejor, por realizar una buena toma. Y hasta parece que lo veo, paciente, sentado en un banco esperando captar aquello que le inspire… o al acecho, buscando cámara en mano inmortalizar el momento que valga la pena… De todas formas: ¡un fuera de serie!

A mí personalmente me encanta su sensibilidad, su capacidad de ver, porque ve más allá, lejos de apariencias o realidades. Y la prueba está en su capacidad de transmitir a través de la imagen. Capta como pocos la esencia de las cosas. A objetos inanimados, les da vida; y a lo que es vida le proporciona una nueva dimensión. ¿Alguien piensa que exagero?

A continuación os dejo una pequeña muestra de su faceta artística. Para ver más, haced clic en mi imagen favorita y os llevará hasta su perfil… ¿Ya habéis adivinado cuál es, o no?

http://www.flickr.com/photos/mfm43/

¡Va por ti, Fran! ¡Ánimo y, como dice un buen amigo: cada meta alcanzada es el inicio de un nuevo camino. Siempre adelante!

sábado, 19 de mayo de 2012

REFLEXIONES SOBRE "EL REGRESO DEL HIJO PRÓDIGO" DE REMBRANDT

Con motivo del Día Internacional de los Museos, la directora de la Casa de Cultura de Pilar de la Horadada, doña María García, junto al concejal de Cultura, don Benjamín Fraile, tuvieron la gentileza de invitarme a la exposición de Obras de Arte que la Concejalía de Cultura organizó ayer tarde. Acto que también contó con la presencia y participación del señor alcalde, don Fidel Ros.
Y yo, que me declaro una enamorada del arte en todas sus facetas, tuve el enorme placer y la gran oportunidad de asistir y comentar una de mis obras de arte favorita desde la adolescencia… Cursaba 2º de F.P. cuando un profesor me propuso leer: “El regreso del Hijo Pródigo. Meditaciones ante un cuadro de Rembrandt“ De Henri J. M. Nouwen. Y la profunda pintura, de un amplio simbolismo, me cautivó. Por eso no lo dudé: escogí esa obra porque expresa como pocas que “el amor (el verdadero amor) no cambia cuando encuentra el cambio”. Y a continuación veréis porqué digo esto.

ORIGEN DEL CUADRO "EL REGRESO DEL HIJO PRÓDIGO" DE REMBRANDT

El regreso del hijo pródigo es la representación pictórica de la parábola evangélica del hijo pródigo, en la cual el menor de dos hermanos, después de pedir a su padre la parte de la herencia que le correspondía y de haberla dilapidado llevando una vida disoluta, lejos del hogar, se presenta ante él arrepentido y recibe su amoroso perdón. El hermano mayor, quien llevaba una vida ejemplar al lado de su padre, reprende a éste por acoger al perdido de su hermano, quien además le brinda una cálida acogida recibiéndolo con los honores propios de un príncipe…
La exposición de ayer consistió en un análisis técnico del cuadro y sus elementos, pero yo aquí quisiera profundizar e ir un poco más allá de lo que capta la retina con una reflexión personal sobre la genial obra.

MI VISIÓN SOBRE EL CUADRO “EL REGRESO DEL HIJO PRÓDIGO” DE REMBRANDT
          Yo creo que en esta parábola donde Jesús plasmó el significado del perdón y la misericordia de un padre por excelencia, pretende mostrarnos las tres edades del hombre. ¿Cuántos serán, de los que viven inmersos en la locura y desenfreno propios de la mocedad, los que se vean representados en la figura del hijo menor?
A cierta edad, con la llegada de la madurez y atesorando ya cierta experiencia, ¿cuántos procurarán dar ejemplo a sus hijos con la misma postura de rectitud, justicia y equidad del hermano mayor, despreciando el mal ejemplo de otros “hijos menores” mientras evitan verse a sí mismos retratados, años atrás, durante esta irreflexiva etapa de sus vidas?
           Y la entrañable postura del padre, ese anciano curtido por los años, henchido de experiencia, quien ya ha pasado por las etapas anteriores y, tal vez por eso mismo, comprende y perdona el error sin condenarlo ni recurrir al castigo, y acoge con misericordia y amor sin perder el tiempo que le resta en discursos absurdos. Su mejor discurso en esta etapa final de su vida es, sin duda, su gesto, el que cala más hondo en ambos hijos que el más profuso sermón. Sobran las palabras.
HIJO MENOR: el hijo que marchó, despreciando a su padre al pedir su herencia aún en vida de éste, ha regresado arruinado, vestido con harapos como la miseria que deja atrás. Su personaje nos enseña que toda la gloria del mundo es gloria vana, pues todo lo dejó por ir en busca de esas cosas que acaban terminándose tarde o temprano: riqueza, fama, juventud… Sólo la sensatez lo ha devuelto al mundo real.
Este personaje me lleva a otra reflexión paralela: ¿a quién pertenecemos realmente, a Dios o al mundo? Considero a ésta una buena pregunta. Pues, nos guste o no, como el hijo pródigo terminaremos buscando ese abrazo, ese perdón y esa misericordia al final de nuestra vida por mucho que luchemos en pensar lo contrario.
HIJO MAYOR: representa la rectitud y la sensatez. La perfección y la formalidad. Muchos quieren verlo frío y distante, pero, ¿tal vez su postura en el cuadro no es la del que ha aprendido una lección? ¿Hubiera acogido él a su hermano de no vivir su padre? Ni de una forma ni de otra. ¿Nadie se ve reflejado en su personaje? ¿Alguna vez nos hemos comportado como jueces adoptando esta misma postura? Sin embargo, aprende de la postura de su padre, observa la sabiduría que le falta, los años aún no vividos. Su padre le enseña que ha llegado el momento de perdonar, no de juzgar, pues el castigo ya lo lleva el hijo menor a sus espaldas. Por su misma conducta ya recibió su merecido. Y el hijo mayor necesita del mismo abrazo que su hermano, pues él también se ha equivocado al juzgar a éste.
PADRE: conmovedora representación del amor incondicional. Representa la sabiduría y la experiencia. El padre concentra la mayor luminosidad del cuadro en representación de aquellas palabras: “Yo soy la luz del mundo para que nadie se pierda”. Y todo lo que concierne a la luz es Verdad, es Guía, es Perdón, es Experiencia, Misericordia y Amor.
Y como nota final, dar una escueta pincelada sobre la vida del genial artista: sólo decir que si se tienen en cuenta las desgracias que fue sumando a lo largo de su vida, quizás tenía necesidad de un abrazo de Dios como el de la parábola evangélica. Seguramente falleció teniendo delante la esperanza de esta misericordia.

sábado, 5 de mayo de 2012

ROSA SÁNCHEZ EN "DE CERCA" MAGACINE DE TV HORADADA


Amigos... es cierto, podéis creerme. Tenía entendido que la tele engorda entre 3 y 7 kg e, incluso, había oído que esta aseveración tenía su explicación: la cara y el cuello de los periodistas parecen mucho más gruesos en televisión al mostrarse en dos dimensiones de forma frontal. El estudio es de la Universidad de Liverpool que además afirma que afecta más a las mujeres que a los hombres y se acentúa más cuanto más cercano es el plano.
Y sí, así es, yo he comprobado personalmente que no se trata de un mito y, además, es en parte verdadero y en parte falso… pues la tele no engorda 3 ó 7 kilos, no: ¡engordas tú... y engordas más! Sólo tuve que verme en la entrevista que os presentaré a continuación para comprobarlo.
Es más, también tenía entendido que los focos se comen parte del maquillaje, para lo que hay que maquillarse a conciencia si no quieres salir pálida o amarillenta… pero os aseguro que los focos no se comen “parte” del maquillaje… ¡se lo comen todo! Si no, fijaros bien, quise ir a la entrevista de lo más natural: sólo con un pequeño retoque en los ojos y brillo de labios... y ha resultado que los focos, más que comerse el color, lo devora: puedes tener unos preciosos labios carnosos, bien perfilados y definidos, que te desaparecen como si de un truco de magia se tratara…
Y es cierto que la tele te transforma: te ves tan diferente que te sorprendes, es como si estuvieras viendo a otra persona y, si detectas haberte equivocado en algo, piensas: “uf, menos mal que nadie me va a reconocer…” Pero enseguida te das cuenta, cuando el teléfono empieza a sonar cada diez minutos, que te está viendo todo el mundo y todos han reparado en un detalle distinto... 
Pues sí, la tele te cambia de tal manera que un fabuloso pelo ondulado se convierte en un cabezón de rizos incontrolados que caen en cascada hacia todas partes, para lo que tienes que echar mano de una buena diadema si no quieres acabar cantando “AKUNA MATATA” ó “EL REY LEÓN” durante la entrevista en vez de centrarte en hablar de tu última novela...
Y no queda todo ahí, pues sin saber cómo, descubres que en plena entrevista se ha apoderado de ti lo que he autodenominado “el tic del directo”, que consiste en levantar una ceja como si de ella dependiera que el artesonado del plató se mantenga en su sitio… tic que desconocía tener, como así me lo han corroborado familiares y allegados.
Bueno, amigos, he disfrutado mucho escribiendo esta entrada, en “clave de humor” como a mí me gusta, y a la que le he querido dar un toquecillo personal tipo “Club de la Comedia” porque la exclusividad de la ocasión lo merece. En realidad, decir que participar en esta entrevista ha sido una de las experiencias más gratificantes que he tenido y aseguraros que pasé un rato fabuloso, único y entretenido al lado de una excelente profesional como es Vanessa de los Ríos.
Si queréis ver la entrevista pinchad en la fotografía de esta entrada y os enlazará a la página web de TV Horadada. Una vez allí, pinchad en el vídeo titulado: “De cerca 27-4-12” y espero que disfrutéis tanto como yo lo he hecho. ¡Gracias a todos, de corazón!

jueves, 3 de mayo de 2012

MI ÚLTIMO GRITO

¿A que no sabéis cuándo he proferido mi último grito? Pues hoy mismo, al conocer hasta qué punto puede llegar el ser humano...

Una de las cuatro versiones de "El Grito", la obra del artista noruego Edvard Munch y una de las más famosas piezas de arte del mundo, ha sido subastada. El precio ha batido todos los récords: se ha convertido en la obra más cara vendida jamás en una subasta al alcanzar casi 120 millones de dólares (91 millones de euros) durante una puja en la sede de Sotheby's en Nueva York en la que se recaudaron 330 millones de dólares (251 millones de euros).

La mejor "obra de arte" que existe en el mundo es el ser humano y, por desgracia, la que menos se valora. Son miles las personas que, en cualquier lugar del mundo, subsisten viviendo por debajo del umbral de la pobreza, sufriendo toda clase de carencias e, incluso, pasando hambre... Mientras este mundo no tiene arreglo porque QUIENES PUEDEN ARREGLARLO NO TIENEN CONCIENCIA.
Ahí dejo mi escueta reflexión de hoy.