martes, 24 de diciembre de 2013

APRENDIENDO A DESAPRENDER



Diciembre… una época temida por unos y esperada con ilusión por otros. Pero, ¿qué es, en realidad, la Navidad para despertar tantos sentimientos enfrentados? Todo depende del sentido que cada uno decidamos darle. Mientras unos celebran nacimientos, tradiciones, preparan fiestas, regalos y emocionantes encuentros en familia… otros invierten esos significados de felicidad y solaz transformándolos en añoranza por las ausencias y evocación nostálgica de tiempos pasados. Si deseamos vivir en plenitud cada momento, es necesario tomar conciencia de nuestra postura ante la vida, pues es, en realidad, lo que la determina. Todo es una cuestión de actitud.

El año pasado, por estas fechas, escribí sobre el sentido consumista que esta sociedad le ha dado a la que debería ser la festividad menos consumista del mundo. ¿Qué es la Navidad, entonces? ¿Qué simboliza, en realidad: una excusa para ser ‘solidarios’? ¿Una época de excesivo consumo? ¿Un período de melancolía? ¿O se trata de una oportunidad más de renovar lazos perdidos con ciertos familiares o amigos, aprovechar el tiempo libre y revivir ilusiones? ¡Cuántas personas con las que nos cruzamos a diario suspiran con desgana por la llegada de diciembre! Pero quizás no sepan lo felices que podrían llegar a ser... si verdaderamente así se lo propusieran.

El ser humano, a consecuencia del miedo, los apegos y las carencias, pierde la oportunidad que la vida misma y el libre albedrío le brindan de ser dueño, responsable y conductor de su propia vida. Cuando nos dejamos llevar por sensaciones negativas perdemos el control de nosotros mismos adoptando con facilidad ese rol de víctima con el que tanto disfruta el ego. Porque lo realmente meritorio es tener valor y superarse. Y nuestro ego lo sabe, pero no deja de ser ego. Lo fácil para él es dejarse llevar y derrumbarse. ¿Quién dirige nuestra vida, entonces? Ser felices es una opción exclusivamente nuestra, independientemente de las circunstancias, la época del año o la realidad que nos rodee.

Cuando tomamos conciencia de que ‘creamos y atraemos’ aquello en lo que ‘creemos’… surge el milagro. Por eso es tan importante vivir en el presente y dejar atrás ese inútil empeño de rememorar tiempos pasados o predecir tiempos futuros, con la ansiedad que esto provoca. Presente y más presente. Es más acertado vivir el presente, agradeciendo lo que tenemos, lo que sí ‘es’, dejando pasar la frustrante necesidad de anhelar lo que no tenemos, o lo que podría ‘ser’ y no ‘es’. La vida es aquello que va aconteciendo, el error está en idealizarla.

¿Sufrimos especialmente, en estas fechas, por los seres queridos que no están? Si los seres queridos que marcharon, en realidad son queridos, estarán presentes en cualquier época del año. Mi reflexión pretende ir más allá y está centrada en dar a entender que hay que aceptar y agradecer lo que sí ‘es’, liberándonos de la ansiedad del ideal. O dicho de otra manera, si no somos felices con lo que tenemos, difícilmente lo seremos con lo que nos falta. Ésa es la cuestión. No se trata de olvidar. Aceptar y agradecer la realidad contra lamentarse y renegar de ella.

Si pusiéramos a cero el cuentakilómetros de nuestra existencia y aprendiéramos desde hoy que el desapego y la independencia es la clave de nuestra felicidad presente y futura, veríamos las cosas desde otra perspectiva. El apego y la dependencia a las cosas y a las personas terminan haciendo de nosotros unos nostálgicos empedernidos. Siempre nos faltará algo o alguien. Y así sucesivamente, un año tras otro… y cuantas más carencias y ausencias, mayor sufrimiento. Y más visitas al psicólogo y más antidepresivos líderes en ventas. ¡No! Debemos asumir que hay cosas y situaciones que nunca podremos cambiar. Hay que aprender a aceptarlas, fluir y dejar el pasado en el pasado. El futuro no existe, por lo tanto, no hay riesgo en él, no hay que volar tan alto. Sólo presente y más presente… Y sólo de esta manera aprendemos a dejar ir a aquellas cosas que tan infelices nos hacen. Desaprender a aferrarnos tanto a lo que no existe. Desaprender a quejarnos si llueve, de la lluvia, y, si hace sol, del sol. Aprender a adaptarnos a las circunstancias, empezar a confiar, tener fe… porque todo se pasa y pasa por algo.

Al tomar conciencia y las riendas de nuestra vida, nos damos cuenta de que nada ni nadie es eterno ni imprescindible... Es bueno aprender a perder, para cuando llegue el momento. Y así, al olvidarnos de los apegos, al liberarnos del miedo, al volvernos independientes, volvemos a ser las almas libres que en realidad somos. Hemos nacido para el amor y la felicidad, no para perder el tiempo. Por eso, cuando tenemos el control, nada ni nadie puede influir en nuestra felicidad individual. Bueno, sí, pero solamente para aumentarla.

Pese a toda circunstancia, la vida sigue y hay que vivirla con calidad. Aprendamos a desaprender aquellas cosas, usos y costumbres que no nos hacen felices. Me aplico el cuento desde ya deseando que en estas fiestas vuestro mayor problema sea no saber qué poneros. Os aconsejo que, pase lo que pase, ante cualquier duda, os ‘pongáis felices’. Pues, como os decía, la felicidad es una actitud y nuestro principal propósito de vida. ¡Felices Fiestas y Feliz Año Nuevo!

lunes, 9 de diciembre de 2013

PRESENTACIÓN DE "ELEMENTOS EN ESPIRAL", MI NUEVO LIBRO


Estimados/as amigos/as:
Tengo el placer de invitaros a la presentación de mi nuevo libro, 'Elementos en Espiral', que tendrá lugar en la Cafetería Athenea de Pilar de la Horadada, el próximo jueves, 12 de Diciembre, a las 20:30 h...
Es mi primera incursión en el género de prosa poética... un nuevo proyecto que emprendo con fe e ilusión.
Rafa Mellado, un excelente fotógrafo de San Pedro del Pinatar, ha sido el encargado de realizar las fantásticas imágenes que dan vida al interior del libro y a la cartelería publicitaria... imágenes para las que ha posado una servidora. Sólo puedo describir la experiencia en dos palabras: una gozada y un lujo.
Esperando contar con vuestra arropadora presencia, recibid un cálido saludo.
Hasta muy pronto,
 
Rosa

Acto patrocinado por 'Taller de Prensa y Comunicación' y 'Asociación de vecinos de Pilar de la Horadada'
 
FUEGO – TIERRA – AGUA – AIRE
 
'Elementos en Espiral’ es una apología del amor… un pequeño homenaje a la imagen arquetípica de ese amor apasionado, paradigma del romanticismo, con el que todos hemos soñado alguna vez. Es una danza oriental de las palabras, un canto a la figura del amado, un guiño a la complicidad, un pensamiento íntimo sin principio ni final, una eterna y sensual canción… es el sentido de la vida, eterna y sagrada, que vibra en cada ser. Una fusión de elementos y sentimientos que giran en una maravillosa espiral de armonía y afinidad.

En este libro de prosa poética los cuatro elementos se nos brindan en una amalgama de versos libres, con rima o prescindiendo de ella, a placer, pero contando siempre con la profundidad y pureza del más noble sentimiento expresado de diversas formas y en sus distintos significados… Sugieren y ofrecen. Atribuyen y representan. Son múltiples los símbolos que pueden converger en cada uno’

lunes, 2 de diciembre de 2013

'HABÍA UNA VEZ UN PAÍS...' POR RAMÓN BUITRAGO

Mi buen amigo Ramón Buitrago ha tenido a bien compartir con los amigos de este blog un emotivo manifiesto contra el maltrato hacia la mujer con motivo del Día Internacional de la violencia contra la mujer, celebrado el pasado 25 de noviembre.
Agradeciendo su sensibilidad y buenhacer, os dejo con él... ¡feliz lectura!
 
 
 HABÍA UNA VEZ UN PAÍS...
 
Había una vez un país donde todos éramos iguales, donde mujeres y hombres convivían en igualdad de condiciones, donde se compartían por igual derechos y obligaciones, donde al nacer el sexo no condicionaba tu vida. Podías ser lo que quisieras, podías elegir a qué jugar, incluso podías realizar tus sueños, inquietudes o vocaciones sin que nadie cuestionase si eran masculinas o femeninas.

En ese país,nadie se preocupaba de tu sexo, nadie cuestionaba tu capacidad por ser mujer, nadie se sentía ofendido por que una mujer estuviese mas capacitada que un hombre.

En ese país se entendía el significado del “NO” y se entendía que, simplemente, no es no.

Sólo por ese motivo, en ese país, no había acosadores, maltratadores ni violadores. Se conocía su significado, se sabía que una persona no es propiedad de otra, y que los golpes no quieren decir 'te quiero', y que cuando alguien pega, insulta, veja o anula emocionalmente a otra persona, no la está protegiendo, no la está queriendo, no está haciendo nada bueno por ella.

Era un país donde quien no comprendía la igualdad era considerado un ser despreciable, un cobarde, un ser que no tenía cabida en una sociedad donde considerar a otro ser humano de tu propiedad, o inferior a ti, estaba condenado con el destierro de por vida.

Un país donde jamas se entendería que en un año murieran más de 70 mujeres de manos de aquellos que decían quererlas, al igual que no entendían que en ese mismo año hubiesen miles de denuncias por acoso, maltrato, insultos y vejaciones hacia aquellos que enamorados de ellas, quienes iban a cuidarlas, protegerlas y mimarlas de por vida.

Desde luego que, si ese país existiera, no se llamaría España. Un país donde todavía queda ese olor rancio a machismo de otras épocas, donde aún se piensa en poseer en propiedad a otra persona. “ Si no eres mía, no lo serás de nadie”, “ Un guantazo a tiempo, evita muchas peleas”... éstas y otras frases parecidas te demuestran la calaña de esas personas y de que estamos muy lejos de aproximarnos a ese otro país, donde nos permiten igualarnos a ellas, sin tener en cuenta nuestras limitaciones, nuestras debilidades, nuestras carencias, como si realmente no hubiese diferencia entre un hombre y una mujer.

domingo, 13 de octubre de 2013

VIVIR DEJANDO VIVIR O LA GUERRA DE LOS PREJUICIOS


 
Lunes por la tarde. Finales de septiembre. Abro el Facebook y el siguiente comentario ocupa toda la pantalla de mi teléfono móvil: “La sociedad va cambiando, afortunadamente. En estos momentos los embajadores de EEUU y Francia en España son gays con pareja de hecho y, en el caso del francés, con hijo adoptado… ¿A que no se ha caído el mundo? Pues eso.” Lo ha escrito Mª José Garcerán, veterana periodista de Santiago de la Ribera, y para encabezar este artículo su reflexión me llega como el maná en el desierto… porque (¡qué diablos!) tiene toda la razón: ¿qué carajo nos importará la vida privada de alguien si realiza bien su trabajo?

‘Vivir dejando vivir’ o ‘la guerra de los prejuicios’… para ser sincera, todavía no sé muy bien cuál sería el título más adecuado. Menos mal que esta sociedad, la que avanza con la recelosa mirada puesta en ese futuro incierto al que nos están arrastrando políticos y demás entes de este sistema en quiebra que tenemos, está curada de espanto y cada día somos un poquito más tolerantes. Más tolerantes, digo, porque es sabido que la humildad está más cerca de la pobreza y, como cada vez somos más pobres, pues andamos con la mente más abierta y, por consecuencia, nos puede menos el orgullo. Yo qué sé. Lo que sí es cierto es que hemos crecido con el mal hábito de enjuiciar todas aquellas cosas que no compartimos mientras exigimos respeto hacia nuestras ideas y hacia nosotros mismos. ¿Cómo no? Pero, al fin, haber abierto los ojos nos ha hecho un poquito mejores personas y bastante menos ignorantes. Eso sí.

El colectivo de gays y lesbianas ha sido uno de los más humillados desde la historia del mundo. Perseguido, vilipendiado y oprimido por una sociedad excesivamente censuradora, difamadora y de mente obtusa, carente de la capacidad de reflexión necesaria como para contemplar la posibilidad de una atracción sincera y honesta entre individuos del mismo sexo. Y cómo no, ríos de tinta en contra. Por cuestiones morales, religiosas o personales, lo mismo da… La misma sociedad que, afortunadamente, hoy camina aprendiendo a escuchar sin juzgar, hablar sin ofender y observar sin despreciar. Ya era hora.

A la sazón, como los representantes religiosos tampoco nos sirven de mucha ayuda en estos tiempos de cambio, aprovecho para mostrar mi desacuerdo hacia la postura de la Iglesia al respecto. Ya está bien con aquello del vicio y del pecado. A mi parecer, la humanidad es una, grande e indivisible, ya que pertenecemos a una misma especie y nos une un origen común. Y digo que todos somos uno porque, a pesar de nuestros diferentes puntos de vista, creencias o condición sexual, estoy segura que quien hizo este lugar ama profundamente la variedad, ya que de otra forma no se explicaría qué hacemos tantos, tan distintos, revueltos en todo este tinglado al que llamamos mundo. Espero que dentro de muchos años sigamos siendo el único animal racional que pueble la tierra, porque será señal de que no nos habremos extinguido como especie, quién sabe, comiéndonos unos a otros.

‘Contra natura’ van muchas cosas que no son propias de gays o lesbianas. A diario, en este mundo, miles de asesinatos, violaciones y abusos de todo tipo son perpetrados por parte de esa “sana sociedad” que, tal vez, presume de una heterosexualidad en toda regla. Como debe ser. Pero dicho esto, que cada cual, antes de juzgar, mire ‘hacia dentro’ y observe y juzgue su propio mundo interior, y que en un arrebato de honestidad sepa ver tanto sus virtudes como imperfecciones. La tendencia a encasillarlo todo o colgar etiquetas nos hace, si cabe, menos humanos, nos divide más y contradice nuestra percepción de virtud, justicia e integridad. Pero, como según se dice, en la mayoría de los casos no vemos las cosas como son, sino como somos…

Y, como os decía, ya que por fortuna cada vez es mayor la libertad de expresión y el respeto hacia la comunidad liberada, nunca comprenderé las posturas medievales de hoy hacia la homosexualidad. Sólo hay una forma de sobrevivir en este mundo, y no es otra que caminar unidos desde el respeto y la tolerancia entre razas, creencias o condición sexual. Las limitaciones mentales son las fronteras que más separan al ser humano de sí mismo. Da igual el color o la forma si reina la paz y la armonía entre los pueblos. Y que las creencias o ideas, cualesquiera que sean, consigan unirnos en vez de dividirnos más.

sábado, 28 de septiembre de 2013

UN 'PEQUEÑO' CAMBIO DE LOOK...

5 DE AGOSTO DE 2008
 
19 DE SEPTIEMBRE DE 2013

Desde que abriera este blog en abril de 2009 no había actualizado la foto del perfil en ninguna ocasión... y claro, como el tiempo pasa y no es en balde, y una se presta a las cámaras, pero parece que todas ellas se confabulan contra una... pues sí, al fin llegó el gran día...
Tras sucumbir al encanto de los flashes de Rafa Mellado, excelente fotógrafo y mejor persona, agradecerle que haya sido el artista que lo ha hecho posible.
Él me llama a mí 'artista de las palabras' pero esta foto de su autoría habla por sí sola y es sólo una muestra de los logrados y encantadores reportajes que a menudo realiza.

jueves, 12 de septiembre de 2013

EL AMOR NO ES COMO NOS CONTARON


Pronto dejaremos el verano atrás, esos días que para muchos fueron de relax, sol y playa. Hemos dado paso a septiembre, estamos de vuelta a la rutina cotidiana, y la mayoría sufre ya el estrés postvacacional y una excesiva dependencia a las agujas del reloj... Quienes tuvieron la suerte de viajar, seguro que ya guardaron sus maletas cargadas de buenos y felices momentos. Quienes no lo hicieron, tal vez esperen, con impaciente ilusión, a contar con más suerte el próximo verano. Porque pocas cosas en la vida, como esos ratos de ocio estivales, nos enseñan hasta qué punto todo es fugaz y transitorio. De la misma manera que, con la llegada del otoño, van remitiendo esos irresistibles bronceados que tanto nos costó conseguir, así, en el transcurso de nuestras vidas, tendremos que dar la bienvenida y decir adiós a muchas cosas… unas buenas, otras no tanto. Sólo una cosa sobrevive a las vicisitudes, a la rutina, a todo contratiempo… y es el amor. Porque si la vida vale la pena ser vivida, a pesar de las dificultades, el dolor o el sufrimiento, es, sin duda, porque tenemos alguien o algo que amar. El amor es la fuerza que nos mantiene unidos a la existencia. Pero, ¿por qué observamos que el amor se convierte cada vez en algo más frágil? ¿Por qué es motivo de tantas insatisfacciones y problemas? Debe de ser así porque el amor no es como nos contaron, y ya veréis por qué…

¿Quién no fantaseó alguna vez con ese amor ideal, eterno y romántico, que nos vendían a través del cine y la literatura? Apuestos príncipes dispuestos a todo por conquistar o defender el amor de su amada. El amor adolescente con final feliz que justificaba toda clase de locuras. Y, cómo no, esos amores maduros que sobrevivían al paso del tiempo, modelo siempre de la más excelsa y perpetua felicidad y afinidad entre cónyuges… En definitiva, así era el amor. Un sentimiento que nos hacía soñar despiertos/as con la persona amada, entre verdes praderas inundadas de un cálido sol. La emoción que nos llevaba a deshojar margaritas con la esperanza de un positivo desenlace, mientras escuchábamos la insustituible voz de Roberto Carlos entonando su exitoso ‘amantes a la antigua’… Sólo en algunas excepciones se ironizaba sobre él: desde el cine a través de series animadas como la enfermiza obsesión de la gata loca por el ratón Ignacio, o desde la literatura a través de personajes tan adorables y enigmáticos como Alonso Quijano, pobre iluso y loco soñador, decidido a matar e incluso a jugarse el tipo por su idealizada Dulcinea…

A mí misma, que nací en plena movida de los 80, en el seno de una tradicional familia numerosa de clase media, pródiga en valores y principios, bajo los aleccionamientos de series como ‘David el Gnomo’ o ‘Barrio Sésamo’, y bajo influencias literarias como las estupendas leyendas de Bécquer o las inteligentes oratorias de Tony de Mello, todavía me cuesta digerir las formas de pensar y actuar de la sociedad de hoy con respecto al amor. Donde parece que éste sólo se entiende bajo el único objetivo del placer exprés y bajo la premisa de una estética sexi, atrevida y deseable. ¿No se estará confundiendo negligentemente el amor con atracción, experimentación o egoísmo, reduciéndolo así a los rescoldos de la maravilla que en realidad es?

Hoy día el cine nos acerca una imagen distinta del amor porque tal es la situación sentimental actual. Infidelidades, maltrato, traiciones… ¿Alguien se ha preguntado por qué todo lo que vemos hoy son historias de desdicha, fracaso, disgustos y reproches? El amor que ahora se vive en pareja no es como la imagen que de niños nos acercaron de él. No, porque ha derivado en lo que lo hemos convertido: relaciones posesivas, sin perspectivas concretas, algunas tan inmaduras y dependientes que sólo están abocadas al fracaso. Carecen de la chispa maravillosa que acompaña al verdadero amor, auténtico y comprometido. El verdadero amor, el que no pide nada a cambio porque es generoso. El que paciente espera y se hace desear. Ese amor que convierte a la otra persona en alguien único, especial, insustituible. El que sí cree en un feliz futuro juntos, pase lo que pase, y que no flirtea con nadie, ni se anuncia en ninguna página de contactos… porque amar es crear una realidad conjunta basada en la responsabilidad, el respeto y la visión de futuro compartidos.

Desde nuestro origen, el amor es una constante que nos acompaña a lo largo de nuestras vidas. Todo gira en torno al amor porque no sólo se trata de un sentimiento. Es, por encima de todo, la fuerza que nos conduce a buscar el bien del otro. No sólo se manifiesta a través de la pasión. El amor, como el ser humano, a lo largo de nuestras vidas evoluciona y se va manifestando de otros modos y formas. Y deberíamos vivirlo con deportividad: porque si todo lo que hacemos, lo hacemos por amor, sea cual sea el resultado, habremos ganado de antemano. Y para finalizar, como dijo el gran Facundo Cabral, y uniéndome a su genial deseo: “Yo sigo siendo tan inocente que me sigue alumbrando la bendita esperanza de que un día los poetas gobernarán el mundo”. Porque el amor no es como nos contaron, amig@s, es todavía algo más grande, mucho mejor. Lo único que requiere es sentido común, equilibrio, madurez y constancia. Nada más.

viernes, 2 de agosto de 2013

EL EGIPTO DE LOS FARAONES


Agosto, cénit del verano donde la siesta y el relax se convierten en nuestros mejores aliados, hace su entrada triunfal cumpliendo toda expectativa. Las playas del Pilar acogen a cientos de personas desde hace meses y toda clase de comerciantes hacen su particular agosto gracias al turismo. Es momento de sol, protagonista del verano, la más cercana y luminosa de las estrellas, ¿será por ello que su luz lo relaciona por analogía con la claridad, la verdad, la abundancia, el bienestar? Al menos yo, durante este mes, lo relacionaré con la fiesta, la tortilla con arena y los líos en familia. Y puede que, en determinados momentos, con algún momento de inactividad o excesivo estrés, claro que sí. El concepto ‘agosto’ es amplio y ya encierra en sí múltiples acepciones.

Como el oficio de escritor comienza por la imaginación y, en muchas ocasiones, la utilizamos para evadirnos, para mí este maravilloso mes de calor, arena y mar, me evoca al Egipto de los faraones. Sí, a ese enigmático lugar, todavía por descubrir, cargado de magia y de misterio. Una época de grandes artistas y artesanos. Esa civilización que, pese al paso de los siglos, pese al actual progreso y avance científico, todavía nos sigue cautivando en muchos aspectos. Una cultura de tecnología y mano de obra ‘supuestamente primaria’ que se contradice totalmente con sus grandiosos monumentos, los que muestran avanzados conocimientos en ingeniería y un dominio magistral de la óptica, la mecánica y la geometría. Por lo que, quién sabe, si bajo la arena, o desde la cima de las estrellas, el enigma que envuelve esta civilización del mundo antiguo espere a que nuevas mentes brillantes descubran sus velados secretos. La forma en la que entendían la astrología y su relación con ella a la hora de erigir las pirámides. La inteligencia con la que contaban y que, según muchos egiptólogos de hoy, muy probablemente, fuera de origen extraterrestre…

Desde principios del Siglo XX el interés cultural por el concepto de muerte de los egipcios y su complejo ritual de embalsamamiento, entre otras cosas, trajo consigo la fiebre de búsqueda de nuevos yacimientos arqueológicos convirtiendo a Egipto en destino turístico de las altas clases sociales por excelencia. El hombre de nuestros días, en su afán aventurero y espíritu conquistador, desatendió los deseos de eternidad de sus inermes moradores profanando tumbas, despojándolas de sus momias, sin darle relevancia alguna al sentido final de toda esa ceremonia. La momificación, un ritual insólito y elaborado cuya duración normal era de unos 70 días, aunque en algunos casos podía prolongarse más tiempo, y en el que los egipcios invertían toda su fortuna, talento y habilidad, no tenía otra finalidad que la del descanso eterno.

La mayor obsesión de los antiguos egipcios se centraba en el tema de las creencias, ya que la civilización egipcia se caracterizaba por un sinnúmero de complejas creencias religiosas y supersticiones. Y por el empeño por preservar la vida, a la que valoraban en gran medida pese a las extremas condiciones climáticas en las que vivían y la calidad de vida de entonces… Ambas cosas intrínsecamente relacionadas. Y todo ello porque creían ciegamente que el espíritu necesitaba del cuerpo tras la muerte para visitar el mundo terrenal; aunque, con toda seguridad, jamás hubieran imaginado que, más allá de los saqueadores de tumbas, la mayor amenaza a la que se enfrentarían con el paso del tiempo era la del hombre del futuro. Y que se llegara a exhibir sus cuerpos desde vitrinas de cristal ya se trata de un hecho inconcebible para la mentalidad de entonces… y, si nos paramos a pensar, también para la de hoy.

Mi buen amigo y periodista Emilio Tomás me ha preguntado en diferentes ocasiones por qué siempre me he decantado por escribir novela histórica. Está claro que se trata de un asunto de interés, de pasión por la historia, y también influye tener cierto espíritu de observación. Me llaman poderosamente la atención los paralelismos que tienen lugar entre diferentes épocas.

Si analizamos la evolución del hombre entre una época y otra, podemos llegar a la conclusión de que hemos evolucionado en muchos aspectos materiales, pero deberíamos preguntarnos si esta evolución, si tanto progreso, nos ha hecho mejores. Tal vez, sin darnos cuenta, nos hayamos sumergido en la ‘era de las máquinas’. Una era donde la comunicación se lleva a cabo a través de excelentes tecnicismos modernos que casi reemplazan el contacto humano… Ahí queda mi humilde reflexión.

Amigos, que disfrutéis de ese sol al que los egipcios divinizaron bajo la advocación de Ra y hoy continúa siendo adorado por turistas y amantes de la playa aunque sea bajo la premisa de la estética y la moda. Que el misterio y la magia que despiertan aún el Egipto faraónico nos lleve a valorar, más allá de los monumentos de piedra, el saber. Sí, la capacidad eterna del ser humano por no cejar ante la curiosidad del conocimiento y la luz del espíritu en pro de una humanidad más humanizada. ¡Feliz verano!
 

viernes, 12 de julio de 2013

El ángel de Cabral

Facundo Cabral y Pla Ventura en Ibi (Alicante) - 30 de abril de 2006
 
Mi querido y admirado amigo Luis Pla Ventura, quien llegó a mi vida por ‘casualidad’ (como suele pasar con todas las cosas milagrosas e importantes que nos suceden), en su maravilloso libro lo llamó magia. ‘La magia de Cabral’. Yo hoy, con su permiso, lo pasaré a llamar ángel. ‘El ángel de Cabral’. Porque se puede llamar ‘ángel’ a todo aquello que simbolice y arroje luz, alegría, optimismo, esperanza y sabiduría. Y a aquel que lo sabe esparcir, por ser buena simiente, compartiéndolo (para multiplicarlo) con el mundo y por el mundo. Porque todo lo bueno y positivo es una dádiva de Dios y sólo es útil y tiene sentido cuando se comparte.
A Facundo Cabral se le privó de muchas cosas, pero también se le concedió otras muchas. Tenía talento, sensibilidad, experiencia y una hermosa voz para que su mensaje trascendiera a través del arte. Porque para llegar al corazón de toda la humanidad no podía ser de otra manera. Y yo, que siempre voy a la caza de las enseñanzas y reflexiones de esos personajes, sabios y juiciosos, que consagran su vida en pro de la excelencia, reconozco que había oído hablar de su trabajo con anterioridad, pero apenas sabía de él. Al menos no en profundidad. Y como quien sabe de todo un poco, en el fondo, no sabe mucho de nada, me adentré en la aventura de investigar y seguir creciendo gracias a la oportuna aparición de mi amigo Luis. Y como lo que vi y leí me hizo disfrutar tanto y hasta tal punto, quisiera hoy aportar mi granito de arena en homenaje a la memoria de este gran autodidacta. Por todo ello, doy gracias a Pla Ventura y al infinito e inexpugnable universo por haberse confabulado para que su legado, el del fascinante y emocionante Cabral, llegara hasta mí, incalculable y exacto, como el valioso tesoro que es.
Facundo Cabral era poeta y cantautor, mendigo por definición propia y un apasionado amante de la vida. Un aprendiz incansable que terminó siendo, sin pretenderlo, el intachable maestro de tantos desocupados y tristes durmientes. Encarnaba, y con creces, la figura estereotípica del sabio de porte sereno, infinito conocimiento y personalidad entusiasta que no esconde nada y posee mucho porque todo lo comparte. Porque sabía escuchar al corazón, ‘el que sabe porque siente’, y se dejaba de inútiles conversaciones con la mente analítica. Esa gran enemiga nuestra que se encarga de encasillarlo todo, de criticarlo todo, de racionalizarlo todo…
Como Cabral había aprendido a amar, era sabio. Por ello cantaba al amor, pese a la soledad, y derrochaba tanto aplomo, tanta ternura, tanta magia, tanto ángel… que da la sensación de que no podía ser de este mundo. No de este mundo que no sabe. No de este mundo cargado de venganzas y miseria gracias a la ignorancia de la humanidad dormida. Esa humanidad que parece no ver más allá de las apariencias, la que vaga sin rumbo porque sólo cree en aquello que la ciencia puede explicar. Una humanidad que no reflexiona y, por lo tanto, no sabe que ‘por lo que no se ve, sucede lo que vemos’. Que no se ha dado cuenta que lo valioso, lo verdaderamente importante, no es lo tangible, lo físico, lo material. Y esta misma ceguera hace que se viva en una completa oscuridad donde la muerte es la mejor noticia, distrayéndonos así de la realidad. Haciendo que pase desapercibida la vida que a diario se nos ofrece en derredor y que significa el verdadero milagro cotidiano.
Confieso que la arrolladora personalidad de Cabral me cautivó desde el primer contacto con su trabajo. Descubrí con asombro cómo, a través de la magia de sus canciones, enriquecedoras y humanas, posee la capacidad de hacerte despertar a la verdadera realidad. Esa realidad que se nos ofrece repleta de colores y bellos matices y que muchos nos empeñamos en ver en blanco y negro. La capacidad de abrirte los ojos al mundo para comenzar a verlo como por primera vez, con la inocencia y la humildad de un niño. Y sus calculados y pausados gestos, su bendita naturalidad, sus emotivas palabras cargadas de sentimiento, experiencia y significado, todo lo que te invita, aún hoy, a sentir lo que él sintió y a amar lo que él amó. Te transportan a ese paraíso, de luz y felicidad, que muchos ya creíamos haber perdido… Así es, amigos, cuanto rodea a la figura de Facundo Cabral te envuelve de tal manera que se convierte en un bálsamo reparador, en un esperanzador remedio para las heridas y sinsabores del alma.
El genial artista se describía a sí mismo como ‘un hombre feliz que canta’. Un hombre feliz que amaba, que a través del amor se había liberado del miedo que heredamos y de la culpa adquirida que nos atormenta. Lo llamaban ‘maestro’ porque, más allá de la palabra, comulgó con el ejemplo. Cabral, desde el principio de su existencia, se enfrentó al dolor y a la calamidad. Comió de la basura. Superó un cáncer de diagnóstico terminal. Y tras estrellarse el avión donde perecieron su mujer y su hija, comentó a un periodista que le preguntó al respecto: ‘amo la vida, me preocupo por vivir, no estoy buscando un culpable’. Y respondía así porque caminaba sin miedo. Porque sabía que éste ‘es la antítesis del amor’. El miedo es ignorancia, cobardía. Lo verdaderamente valiente es enfrentarse a la vida, sin miedo, con el amor por bandera. Por lo tanto, no hay secretos. Viviendo así la felicidad está asegurada… pase lo que pase.
Gracias, cantor, por ser la luz que ilumina y el espejo que la refleja. Gracias, poeta, por tanta magia y tanto ángel.



 

lunes, 17 de junio de 2013

ENTREVISTA A ALBERTO GIL

Dejar huella, ser luz es a lo que aspiro...
                                                     y a lo que aspira el libro
 

Jesús Alberto Gil Pardo, un prolífico y excelente escritor de relatos de superación, esperanza y optimismo vinculados con el mundo de la ceguera, vive solo, pero de forma plenamente integrada en Madrid y trabaja como técnico de Biblioteca para la ONCE. Para este soriano de nacimiento, licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Zaragoza, y cuyos problemas visuales con los que nació degenerarían en ceguera a la temprana edad de 20 años, no hay reto u obstáculo que se le resista. Y lo ha dejado patente a su paso por nuestra localidad el pasado 18 de mayo, donde tuvimos la oportunidad tanto de emocionarnos con sus experiencias y motivaciones, como de conocer la interesante trayectoria que le llevó a escribir su primer libro de relatos ‘Huellas de Luz. Relatos de un ciego optimista y esperanzado para tiempos de crisis’, cuya exitosa presentación tuvo lugar en ‘El Baúl del libro” de la mano del veterano periodista Emilio Tomás García.

—Alberto, un lujo haber contado con tu presencia en nuestra localidad. Te puedo asegurar que no has dejado a nadie indiferente durante tu visita. ¿Te has sentido igualmente acogido por el público de Pilar de la Horadada?

Fue un placer sentir, siquiera por unas horas, el ambiente de una localidad que desconocía y que me impresionó gratamente. No olvidaré una mañana primaveral en terraza, disfrutando de charla y sorpresas mientras sonaban las campanas del reloj de la Iglesia. Como tampoco olvidaré la calidez con que fui recibido en la librería y demás establecimientos donde degusté exquisitas viandas. Me sentí bien, me sentí acogido y querido.

—¿Cuál era tu principal objetivo al visitar nuestra localidad?

Ante todo, conocerte personalmente tras una amistad virtual de años. También hacer visible la ceguera y mi libro, como testimonio de superación y ejemplo. “Si yo puedo hacerlo, tú puedes hacerlo. Merece la pena que lo intentes”. Y de paso, cómo no, practicar turismo por esas tierras, acercarme a la casa natal de Miguel Hernández y disfrutar de la pasión por los libros en esos lugares mágicos que siempre son las librerías; más aún, llevadas con tanto gusto y profesionalidad como es el caso de ‘El Baúl del Libro’ y ‘Códex’.

—¿Qué impresión te llevas de nuestro pueblo?

En cuanto a las impresiones que me llevo no pueden ser mejores: emoción, recuerdos y momentos compartidos que tienen la categoría de únicos. En definitiva, objetivo cumplido con creces.

—Cuéntanos un poco sobre ti. ¿Cómo se te ocurrió la idea de escribir un libro de relatos? ¿Qué mecanismos utilizaste para llevarlo a cabo?

Desde niño, la lectura siempre fue refugio en mis momentos de soledad y sueños: fantaseé con que algún día yo también publicaría mi libro. Cuando llegué a Madrid, en 2000, una vez adaptado a la gran ciudad con la ceguera por bandera, me inscribí en un taller de creación literaria organizado por la ONCE. En él descubrí lo bien que me sentía escribiendo relatos. Desde 2002 empecé a acumular textos que fueron prodigándose cada vez más conforme iba teniendo seguidores de ellos… En fin, que entre lo uno y lo otro, en agosto de 2011, en las fiestas de mi pueblo, un buen amigo me convenció de que tenía material suficiente para cumplir esa meta literaria. A partir de ahí se trataba de dar coherencia a los relatos y buscar un hilo conductor. Ese hilo no sería otro que agruparlos en huellas temáticas. El camino estaba trazado. Ya sólo me restaba recorrerlo. No resultó fácil, pero el producto obtenido es magnífico, sin duda alguna.

—Sobre tu libro: ¿qué podemos encontrar en él? ¿Qué intentas transmitir a través de tus relatos?

El libro es un conjunto de 70 relatos, estructurados en 10 huellas, a modo de capítulos temáticos,  que representan mi concepto de los que considero valores esenciales, y son señas de identidad que la experiencia me demuestra que su práctica ayuda notablemente a afrontar la vida con mejores perspectivas. El libro pretende ser luz para quien siente oscuridad y ojalá deje esa huella, a modo de pisada, mediante la que los ciegos identificamos a esos seres amigos que se acercan a nosotros. Dejar huella, ser luz es a lo que aspiro y a lo que aspira el libro.

—¿Has recibido algún tipo de ayuda para llevar a cabo este proyecto, el que tantas satisfacciones y desvelos te está aportando?

Sin duda que si este libro está alcanzando el increíble éxito que, apenas un año después de su edición, me ha deparado, es gracias a los numerosos apoyos con que he contado en este tiempo. Mi familia que, en todo momento, ha estado a mi lado como una legión. Quienes me asesoraron en los aspectos visuales (desde la elección de la cubierta o el tipo de letra hasta la corrección ortográfica y demás), excelentes guías editoriales pero mejores amigos. La ONCE concediéndome una subvención para los gastos y dándome su respaldo mediático. Y todos quienes han promovido actos de presencia del libro, siendo los últimos los del pasado día 18 con tan buen hacer tuyo, de Emilio Tomás García y de los dueños de las librerías. Es otra de mis máximas ésa que dice: “sin el apoyo de la familia y de los amigos, uno no es que no sea nada, pero es muy poco”.

—Nos quedamos impresionados al verte comenzar la presentación leyendo uno de tus relatos en braille. ¿Le ha costado a Alberto Gil adaptarse a esta nueva vida, considerando que no nació ciego?

La adaptación a la ceguera fue dura, pero como siempre tuve claro que no queda otra que tirar para adelante. Cuando vi, además, que otros como yo lo habían superado, supe que yo también lo haría. En la ONCE nos enseñan las distintas técnicas de orientación, movilidad y vida diaria para ser autónomos en el día a día. Así que hasta aquí he llegado, eso sí, con esfuerzo, tenacidad y apoyos. Antes que ciego soy persona y mi carácter emprendedor y tenaz me han ayudado, además de preocuparme por aprender constantemente y tratar de granjearme grandes amistades. La palabra ‘Amigo’ es muy importante para mí y procuro cultivarla con mi mejor saber y entender.

Ahora trato de que otras personas ciegas que vienen detrás de mí lo tengan más fácil que yo: contribuyo, a través de mi trabajo y actuaciones particulares, en la promoción de la lectura y el braille, tanto entre mis compañeros como cara a la sociedad. Procuro participar plenamente en la vida cultural de mi entorno como enriquecimiento personal y difusión de las capacidades de quienes padecemos una discapacidad. Abogo por la reivindicación de la diferencia porque lo diferente enriquece a la sociedad que la valora.

—Además de tu trabajo y de todas las actividades que desarrollas a diario, también dedicas tiempo a hacerte presente en el mundo de las nuevas tecnologías: podemos encontrarte en twitter, facebook y, además, tienes un blog donde compartes experiencias e ilusiones, además de esos mensajes de luz y esperanza que tanto te caracterizan. Explícanos por qué lo creaste, con qué expectativas.

Si podemos asegurar que el sistema braille constituyó la primera revolución en el acceso a la luz del conocimiento, y de ahí a nuestra normalización, las nuevas tecnologías sería la segunda. Para mí, la tecnología es una ventana abierta al mundo de la luz y la igualdad con los que ven. Así que a partir de esta certeza mía, me propongo aprovechar todas sus posibilidades. Con un ordenador, si no digo que soy ciego, nadie lo adivinaría y esto es muy grande a mi modo de entender.

En 2007 doy un paso adelante y creo ‘Tiflohomero’, mi blog. Se trataba de participar de la blogosfera y la web 2.0 para dar a conocer mi vocación cultural y literaria además de acercar mi cotidianeidad de ciego como vía de estímulo y difusión. ‘Tiflos’, en griego, significa ‘ciego’; y ‘Homero’ para mí es todo un símbolo cultural y literario. Así que el nombre engloba la filosofía del blog. 1154 entradas y más de 151.000 visitas avalan su madurez y logros. Después me sumaría a Twitter y Facebook además de disponer de un teléfono táctil de última generación. Todas estas herramientas que me ayudan a ser uno más, mi gran meta.

—Respecto a la sociedad en la que vivimos: ¿hay todavía mucho desconocimiento sobre el mundo de la discapacidad visual? ¿Crees que se está avanzando en medios de adaptación para haceros la vida más fácil o siguen existiendo incontables barreras?

Sin duda que se ha avanzado, pero queda aún mucho por andar. En mi día a día sigo encontrándome con la perplejidad y desconocimiento de personas más o menos voluntariosas a la hora de ayudarme pero que, precisamente por desconocimiento, lo hacen de forma incorrecta. Siguen habiendo numerosas barreras porque no ha calado verdaderamente el concepto de que la accesibilidad beneficia a todos los ciudadanos, no sólo a los discapacitados, y que debe diseñarse para todos. La accesibilidad y el diseño para todos bien planteado no sólo no son caros, sino que representan oportunidades de negocio y facilitan la vida en general a todo el mundo.

Hay barreras en mi acceso al consumo, barreras en el uso de determinadas páginas web, barreras en el transporte o en mi movilidad viaria. Se ha avanzado, sí, pero continúa habiéndolas.

—¿Alberto Gil es profeta en su tierra?

Sí, sin duda que lo he sido. Así lo atestigua el acto que se llevó a cabo en Fuentestrún, mi pueblo, en el que, presidido por su alcalde, mis paisanos me arroparon de forma maravillosa. Pero también, con la adquisición de numerosos ejemplares por parte del Ayuntamiento de Soria y la Diputación Provincial. Para mí, todo este respaldo constituye un gran honor y un verdadero impulso motivador. Gozar de todo ello significa mucho para alguien como yo, escritor novel que lucha por hacerse un humilde hueco en el complejo mundo del libro.

—En tus relatos haces alusión al mundo del voluntariado en varias ocasiones. ¿‘Huellas de luz’ se suma al carro de libros solidarios?

Claro que sí. En mi deambular cotidiano por una gran ciudad como Madrid, son numerosas las ocasiones en que necesito ayuda y, por ello, la pido y espero recibirla. Si eso me pasa a mí, entiendo que, cuando alguien demanda mi solidaridad, yo debo hacer lo posible por responder en la misma medida que espero yo aquélla. Soy consciente de que es poco lo que puedo hacer, pero quién sabe si con un pequeño gesto mío, una sonrisa, la aportación que suponen los derechos por la venta de ‘Huellas de Luz’ u otras acciones mías, puedan ayudar a alguien a ser más feliz o a que tenga una llama de esperanza. Ojalá con mi pobre aportación ayude a hacer de este mundo un hogar más cálido, no dando lo que me sobra, sino compartiendo lo que tengo.

En concreto, la Fundación Alaine, como beneficiaria de las ventas, ha promovido un programa de energía en centros como colegios e incubadoras a partir de la instalación de placas solares en el país africano de Benín y al que han puesto el nombre del título del libro. Es un privilegio para mí que niños africanos puedan disponer de luz a partir de lo que una persona ciega se ha empeñado en conseguir.

—Y ya para finalizar, Alberto: ¿tienes previsto volver a visitarnos en un futuro?

Sin duda que, por lo dicho, a uno le quedan ganas de regresar con más pausa y sosiego, pero a corto plazo parece difícil. No querría, sin embargo, dejar de volver algún día para repetir tan buenos ratos de generosidad y afecto con que he sido obsequiado. De todas formas, Pilar de la Horadada y algunas de sus buenas gentes ocupan ya para siempre un rinconcito de mi corazón.

Pues, Alberto, sólo me resta darte las gracias por tu visita en nombre del pueblo de Pilar de la Horadada, por todo lo que nos has aportado, y animarte a volver en un futuro no muy lejano para presentarnos tu próximo libro. Te estaremos esperando con ilusión e interés, acogiéndote como mereces por ser como eres, portador de luz y esperanza. Muchas gracias, amigo, y hasta la próxima.

viernes, 7 de junio de 2013

ALBERTO GIL, GENIO Y FIGURA


Alberto leyendo en braille ante el periodista Emilio Tomás García, conductor de la presentación de 'Huellas de Luz' en Pilar de la Horadada
Como se dijo que ‘quien comparte, se queda con más’, por aquello de ser un poquito mejores cada día y hacer de la generosidad nuestra seña de identidad, por todo ello mi intención y empeño por traer a Alberto Gil a Pilar de la Horadada. Y porque se dijo también que nadie enciende una luz para ponerla debajo de una mesa, sino para alumbrar a cuantos se encuentran en la casa. Por los valores que transmite y de los que ya os hablaré, por lo que enseñan sus vivencias y experiencias, por la magia que le rodea y por el interés que despierta él y su mundo… por todo ello valía la pena proponérselo. Y él, cómo no, aceptó encantado. Todo fuera por ser testimonio de superación y esperanza, por alumbrar con su resplandeciente luz a cuantos se dejaran alcanzar haciendo visible el mundo de la discapacidad visual, por sensibilizar, por estar ahí y tantas otras cosas. Por eso llegó hasta aquí embarcándose en otra de sus odiseas literarias, cumpliendo su palabra y saliendo airoso de toda clase de obstáculos y otras vicisitudes del día a día. Haciendo de la amistad gala y ornato, su tarjeta de presentación. Por todo eso y para consolidar mediante un emocionado encuentro la amistad que empezó a forjarse entre nosotros, hace ya la friolera de cinco años, gracias a un blog solidario de internet donde ambos éramos comentaristas…

En la librería 'El Baúl del Libro' 18-5-13
Ése es Alberto Gil. Dinámico, divertido y amigo de sus amigos. Explorador innato. Arqueólogo vocacional. Viajero incansable, de los que se la juegan apostando siempre por los retos más difíciles. Portador de luz, como os decía y no me canso de repetir, estandarte de ejemplaridad. Amigo fiel. Hombre honesto y sencillo. Orador que sabe transmitir como nadie su saber con naturalidad, cercanía y humildad, haciendo gala de aquellos principios y valores que aprendiera de sus padres. Precisamente lo que termina haciendo de él un alma grande y la respuesta a cómo llega a grandes y pequeños por igual, ya que en ello basa su razón de ser. Porque con Alberto se da la controversia de que no hay secretos y, al mismo tiempo, sí los hay: entrega desinteresada, modestia, coraje, tenacidad… Pero, ¿de dónde saca un hombre que lleva veintiséis años ciego tanta energía, tanta ilusión, tantas ganas de vivir y salir adelante, además, sirviendo de ejemplo a otros muchos que no pueden quejarse casi de nada? No me queda duda alguna de que son dádivas procedentes de su espíritu de lucha y superación, pero añadir también que aquí la literatura ha jugado un papel importante… La literatura como arma, como tabla de salvación, como vía de escape de la realidad, como puerta a un mundo paralelo, perfecto y más humano. Lo entiendo bien.

Alberto dictando las dedicatorias que, acto seguido, firmaría
Después de una triunfante presentación, donde emocionó e hizo sonreír a partes iguales, como no podía ser de otra manera, bajó feliz los escasos escalones que distan de la entrada de la librería ‘El Baúl del Libro’ hasta la acera, con el corazón henchido por la acogida brindada. Esbozando una de esas sonrisas de quien es sabedor que se deja el trabajo bien hecho. Esa sonrisa que invita al optimismo y a la esperanza. Porque me consta que prepara con esfuerzo y tesón cada viaje, realizando siempre un trabajo metódico, calculado y bien organizado. Pero a la hora de exponer sus experiencias abre el corazón de par y par y todo lo que fluye es música para los oídos, no se trata de nada elaborado. Alberto se presta siempre a la improvisación, como los grandes genios y maestros. Y el resultado no deja a nadie indiferente. Doy fe.

Firma de libros
¿Y cómo no? Como buen observador y filósofo de la vida, rehúye de los estereotipos. No le agrada que le comparen ni comparar porque cree en la individualidad del ser, en su autenticidad y valor como ser único. Cree en la capacidad que todo ser humano posee para conseguir la paz y la concordia, la felicidad y la realización personal contra cualquier contratiempo. Cree en un ser superior que nos protege y que no deja nada al azar. Y como buen guerrero de la luz, mediante su pasión por la literatura y los libros, trata de hacer de este mundo un lugar más cálido. Más confortable y seguro. Más amable y tolerante. Un lugar donde todos seríamos más felices si así nos lo propusiéramos. Y, por su parte, lo consigue con creces, porque quien se adentra en sus relatos, donde da vida a fantásticos seres y humanizados personajes, descubre que, más que emocionar, enseña, transmite, enamora. Porque posee la sensibilidad necesaria para transformar el llanto en risa. La magia y fantasía suficientes para dar vida y forjar ilusiones. Y la creatividad que hace falta para transportar al exigente y experimentado lector hasta ese universo ilimitado del que se componen y da vida a sus relatos.


Presentación de 'Huellas de Luz' en la librería Códex de Orihuela 18-5-13
Y de las huellas que recoge en su libro, de todas esas vivencias y experiencias personales: ¿qué destacar? Ah, sí, la sonrisa, sí... y la amistad. Porque pudimos comprobar que este escritor comulga con el ejemplo. Es un hombre de recursos que nunca se deja nada en el tintero. Dejó constancia de ello hasta a su vuelta a Madrid, donde escribió una exhaustiva crónica de lo acontecido donde tuvo recuerdos y palabras para todos. Y a mí, que me gustan las personas que no son cortas de memoria, descubrí que en ese sentido, Alberto Gil, mi gran amigo, se lleva la palma. Ni el conserje de la Casa Museo de Miguel Hernández, que tuvimos el honor de visitar el día de su partida, escapó a su agradecimiento en aquella crónica, tal y como acostumbraran hacer los mejores dramaturgos, escritores y poetas de todos los tiempos.

Frente a la Casa Museo de Miguel Hernández 19-5-13

jueves, 16 de mayo de 2013

'HUELLAS DE LUZ', DE ALBERTO GIL, VISITA ALICANTE


La librería de Pilar de la Horadada, El Baúl del Libro’
(C/ Mayor, 17), acoge este sábado día 18 de mayo, a las 12:00 h., al excelente escritor Alberto Gil en la presentación de su primer libro de relatos.

‘HUELLAS DE LUZ - Relatos de un ciego optimista y esperanzado para tiempos de crisis” es la ópera prima de Alberto Gil, un escritor de gran proyección cuya ceguera total no le detiene a la hora de cumplir sueños, superar obstáculos y lograr objetivos.

Alberto Gil ha nacido para dejar huellas imborrables. Ha nacido para ser luz, para transmitir valores, para servir de testimonio de fortaleza, tesón y superación.

El autor, que se pasea por el mundo haciendo gala de un sentido del humor y simpatía envidiables, fruto de su carácter alegre y sencillo, además de entretener como nadie, también se sube al carro de la solidaridad destinando íntegramente los beneficios de las ventas de su libro a la Fundación Alaine, una institución que ayuda a los niños más desfavorecidos.

Pilar de la Horadada, 15 de mayo. La librería “El Baúl del Libro” de Pilar de la Horadada acogerá, el próximo sábado día 18, la presentación de ‘Huellas de luz – Relatos de un ciego optimista para tiempos de crisis’, primer y exitoso libro de Alberto Gil.

Alberto Gil es natural de la localidad soriana de Fuentestrún. Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Zaragoza, actualmente es técnico de Biblioteca en la ONCE y coordina un taller de lectura para personas adultas invidentes en torno al braille. En la presentación tendremos el placer de disfrutar de uno de sus relatos leído en braille por boca del propio autor.

Huellas de Luz” se trata del primer libro de relatos –editado por VIVELIBRO– que el autor ha ido recopilando en su blog, Tiflohomero, lugar donde vierte sus entretenidos e interesantes cuentos y experiencias. Es una obra para todos los públicos a través de la cual el autor pretende transmitir valores en un acto de sensibilización dando a conocer el mundo de la discapacidad visual. Como no podía ser de otra manera, el libro también es una exaltación del compañerismo, el optimismo y la amistad.

Como cuenta el mismo autor: “Estos relatos son testimonio de aprendizaje constante, generosidad, amistad, amor y solidaridad. Pero también pasión. Pasión por la naturaleza, la lectura, los viajes, la magia y la sonrisa. Experiencias vividas bajo la óptica de la ceguera, ejemplos de que son muchos los motivos para tener la certeza de que la vida merece la pena ser vivida y disfrutada con ilusión, optimismo y esperanza.”

El acto, que dará comienzo a las 12.00 horas, se llevará a cabo con la colaboración de Rosa Sánchez, escritora local.

Y es que Alberto Gil ha querido hacer un guiño a los vecinos de Pilar de la Horadada y Orihuela, eligiendo estos dos bellos municipios para la promoción de su libro, muestra de su gran entusiasmo por la literatura, el mundo del arte en general, así como su afición de conocer lugares y con ellos a sus maravillosas gentes.

Además, el autor visitará el mismo día, a las 19:00 h., la Librería Códex de Orihuela (Plaza San Sebastián, 2), donde llevará a cabo otra presentación de ‘Huellas de luz’… ¿Te lo vas a perder?

lunes, 13 de mayo de 2013

LA PLENITUD DE LA MARIPOSA



            A propósito de la primavera, de su calidez, perfume y colorido... Existe un tipo de mariposa cuya vida entera dura sólo un día... ¡sólo uno! Al amanecer, nada más nacer, valerosa y frágil, explora el mundo que se abre en derredor con la ilusión y el entusiasmo de quien descubre las cosas por primera vez. Se sumerge en el néctar dulcísimo de las flores mientras se embriaga con su perfume. Se refresca en el rocío mañanero con el regocijo de una niña en una piscina de plástico: segura, alegre, confiada... Y ya, al medio día, como tierna adolescente, disfruta inundándose de sol y vida mientras, quizá, sueña con amores imposibles acompañándose de la suave melodía de su elegante batir de alas... Al atardecer, sin tiempo para descansar, se entrega al airoso baile que atraerá a la pareja soñada, cumpliendo muy suavemente con el ciclo vital de su existencia... Y al anochecer, envejecida ya por el paso del tiempo, se recoge en una esquina, feliz, recordando con satisfacción, convencida de que valió la pena vivir sólo para experimentar, para conocer, para compartir, para amar... En 24 horas concentra sus pasiones, su amor, sus juegos, sus desilusiones, sus esperanzas. Y al final… muere.

            Muchos pensarán que el ciclo de su vida es demasiado breve, demasiado efímero, volátil… injusto, pero, siendo así, seguro que para su ser cada minuto de su existencia mereció la pena ser vivido. Supongo que muchas personas, en toda su vida de muchos años, viven menos que una de esas mariposas en un día. Porque vivir no sólo es respirar, vivir es sentir. Es ayudar y aceptar ayuda, es amar y dejarse amar, es sentir y ser sentido... Viendo las cosas así, desde esta perspectiva, es cuando te das cuenta que no es la cantidad lo que importa, sino la calidad de lo vivido. Y que, de alguna forma, nuestra existencia también comenzó de la misma manera y puede terminar cualquier anochecer, el día menos pensado, en cualquier momento.

            A lo largo de nuestra vida conocemos a muchas personas sin ilusión, sin metas, sin un aliciente… sin vida. Todas caminan, hablan, observan... pero, ¿se encuentran realmente satisfechas con lo vivido? De todas formas, de nada sirve mirar hacia el pasado ni detenerse ahí. Ya nadie puede vivir en él. Sólo podemos vivir en el presente. Por eso muchos nostálgicos lo pasan mal al no parar de rememorar sucesos negativos del ayer. Es conveniente entregarse a la realidad, mirar hacia la realidad presente, procurando que la reminiscencia de épocas pasadas no intervenga en nuestra felicidad de hoy.

            Amigos, no es el tiempo que vivimos, sino cómo lo vivimos. No es lo que hacemos, sino el amor con que lo hacemos. Porque sin darnos cuenta los años van pasando mientras nos afanamos en cosas que no nos llenan, sin darnos, quizás, la oportunidad de experimentar un pequeño sueño como el que puede ser realizar un viaje o vivir cierta experiencia. O salir de una situación estancada que ni nos llena ni nos hace felices. ¿Por qué no?

            Pensad por un momento que si, como una de estas mariposas, fuéramos a morir al anochecer, ¿cuántas cosas que no hemos hecho al final de este día echaríamos de menos?.. ¿Cuántas cosas verdaderamente importantes nos daríamos cuenta que habríamos dejado de hacer?.. Cuánto tiempo veríamos perdido sin posibilidad ya de echarlo atrás. Visto así, no es tan injusto vivir sólo un día, sin más planes que disfrutar, dejarse llevar por esos prados verdes y ese cielo azul que embelesan la vista, y ese sol y ese viento que sonroja las mejillas…

Pues ahí lo dejo, amigos. Vivir, amar, soñar, compartir... y, sobre todo, perdonar. Para cuando llegue nuestro último día podamos partir, como la mariposa, felices, con la conciencia tranquila y la satisfacción de dejar la misión más que bien cumplida.

lunes, 22 de abril de 2013

ROSA SÁNCHEZ, LITERATA


Texto: Luis Plá Ventura
Video: Rufina Ortega

Video presentación sobre mi actividad como escritora en la web Homenaje a Facundo Cabral. Cada gesto, cada detalle... me emociona sobremanera y no tiene precio. ¡No sé qué he hecho yo para recibir tanto de tan generosos amigos! Espero que un emocionado "¡Gracias!" alcance a expresar todas las emociones que siente mi alma ante tan buen recibimiento, tanta consideración para conmigo y mejores atenciones.
¡Gracias, gracias, gracias!

sábado, 20 de abril de 2013

ÚLTIMA ENTREVISTA... POR LUIS PLÁ

El milagro de Internet sigue teniendo la misma vigencia que el día que nació. Gracias a este medio vamos tejiendo la hermosa tela de araña por la que nos conocemos unos a otros; alguien me dijo una vez que, aves del mismo plumaje suelen volar juntas y, nada es más cierto. Cualquier axioma puede valerme para certificar todo lo que digo. Llegan unos, luego otros y, de forma muy reciente, nos hemos encontrado con otro “tesoro” bellísimo para nuestra Web, algo que Facundo Cabral celebraría con inusitado gozo.
Ella no es otra que Rosa Sánchez, la narradora alicantina que ha logrado estremecer a cientos de miles de lectores por el mundo. Primero por este medio que llega hasta el último rincón del universo y, de forma apasionada, como debe ser, mediante la publicación de cinco novelas todas ellas rociadas de espiritualidad, de contenido aleccionador en todos los órdenes; historias para vivirlas y, a su vez, para conocer entre bastidores de la historia que, mediante la sagacidad y encanto de su pluma, Rosa Sánchez ha sido emocionarnos.
 
Como quiera que la suerte no sea para los que la buscan, pero sí para los que la encuentran en su camino, nosotros somos una prueba, hemos querido indagar en el alma de esta narradora que, a partir de ahora formará parte de nuestro emotivo elenco de colaboradores que, sin duda, desde el más allá, Facundo Cabral, nos estará bendiciendo. Nacimos en su honor y, para nuestra dicha, el legado que él nos dejó, a Dios gracias, a diario, lo vamos corrigiendo y aumentado. ¿Cabe dicha mayor?
 
LP—La primera pregunta, Rosa, es obligada para nuestros lectores. ¿Quién es Rosa Sánchez, esa narradora excepcional que ha conquistado ya a muchos lectores?
 
RS—Una persona muy normal, sencilla, seria, formal… enamorada de la literatura y de la vida misma.
 
LP—No tengo el gusto de saber mucho de ti, pero como quiera que son las acciones y opiniones de cada cual las que cuentan y dicen todo del propio individuo, deja que te confiese que, cuando alguien te preguntó en torno a la película que te había subyugado y comprobé que dijiste, “La vida de La Madre Teresa”, ahí me conmoviste. ¿Qué tenía La Madre Teresa que conectó con todo el mundo sin distinción?
 
RS—Mucho amor y todo lo que éste conlleva: humanidad, sensibilidad, fortaleza… y un elevado nivel de conciencia. Madre Teresa era un espíritu muy elevado.
 
LP—Otra definición tuya que me cautivó cuando me dijeron que escribes sin ánimo de lucro. Eso me parece apasionante; pero tampoco es malo ganar dinero con tu esfuerzo y talento mediante la narración de tus libros ¿verdad?
 
RS—Ése es el ideal de todo ser humano y el que persigue cualquier escritor, claro. Poder levantarte cada mañana sin otra preocupación en la mente que la de crear y poder vivir de tu talento… en esta profesión es todo un lujo al alcance de unos pocos.

LP—Cuéntame, por favor, en un bello ejercicio de memoria, el primer relato que hiciste. ¿Cómo surgió? ¿Cómo se llevó a cabo, quién te motivó?
 
RS—Un anuncio en el ABC sobre un concurso de Narrativa Breve en Ponferrada fue la chispa. Inspirarme en el Nuevo Testamento y en la película “La Pasión” de Mel Gibson, la mecha. Uniendo ambas cosas con inspiración e ilusión, el resultado. Así nació “El Maestro de Nazaret”.
 
LP—Si siendo tan joven has escrito ya cinco novelas, cuando tengas la edad de Carmen Posadas seguro que cautivaste al mundo. ¿Qué metas te has propuesto al respecto?
 
RS—El futuro siempre es incierto, pero lo que sí es una realidad son las ganas de seguir en la brecha que tengo, las temáticas que me atraen están ahí, tengo una novela en el tintero desde hace meses que ya ha empezado a coger forma… Esperemos que el binomio tiempo + economía favorezcan que mi afición siga prolongándose en el tiempo.
 
LP—¿Qué es la literatura para ti?
 
RS—Es mi forma de respirar, de vivir, de amar, de sentir…..es la forma de expresar todo lo que mi corazón siente que, gustará más o menos, pero me hace feliz a mí que es lo más importante.
 
LP—Facundo Cabral siempre nos decía que, el más grande todos los seres humanos nació en un pesebre y, para dicha de la humanidad, en una de tus novelas nos hablas del MAESTRO DE NAZARET. Sintetízame, Rosa, algo de esta novela que me parece apasionante solo por el título.

RS—La historia se basa principalmente en el contenido de un evangelio escrito por una mujer, hallado en la actualidad, en unas recientes excavaciones en el Israel de nuestros días. Los expertos lo datan con precisión en el Siglo I. Pretendí que esta novela encerrara un enfoque muy humano sobre el comportamiento de Jesús hacia la mujer, más allá de las costumbres y normas de la época, también en lo referente a la valoración y el trato que mantuvo con ellas.
 
LP—Mitch Albom, en su momento, nos estremeció con MARTES CON MI VIEJO PROFESOR. Sinceramente, con la mano en el pecho, ¿crees que todos sentiremos lo mismo con tu novela EL CUADERNO DEL PROFESOR?
 
RS—Me gustaría que así fuera, mi objetivo principal es que todo aquel que desee leer algo mío, tras sumergirse en la lectura, ésta no le deje indiferente. Si consigo transmitir emociones y/o valores en el lector... con eso ya me conformo yo más que de sobra.
 
LP—¿Existe un “manual de instrucciones” para escribir o es algo que brota del fondo de tu alma?

RS—Si un autor no siente su obra, si no vibra con ella, si no se sumerge y convive entre sus personajes, si no pasea por sus escenarios… está creando algo sin vida. Al menos, así lo veo yo.
 
LP—¿A quién va dirigido tu mensaje mediante tu bella narrativa?
 
RS—A todas aquellas personas con la mente y el corazón abiertos a seguir “creciendo”.

LP—Aquel que hace lo que ama está benditamente condenado al éxito, así los no sentenciaba Facundo Cabral. ¿Presagias que tu éxito está muy cerca por aquello de hacer lo que amas?
 
RS—Sin pretender que suene pretencioso, decir que lo que hago para mí ya es un éxito porque la recompensa está en poder llevarlo a cabo.
 
LP—Mataron a Jesús, a Lennon, a Cabral, a Lutero King a miles de seres humanos tan válidos para la sociedad en que vivimos. Desdichadamente,  Rosa, ¿qué podemos esperar de una sociedad desquiciada como la que vivimos que, hasta matan siempre a los buenos; Jesús fue el primer ejemplo ante la humanidad?
 
RS—Por esta sociedad no podemos hacer más que sembrar, sembrar todos de forma individual. Sembrar valores, apostar por una buena educación sin olvidar que ésta comienza en casa. Si dejamos que a nuestros hijos los eduque la sociedad, estamos perdidos. Al menos, ésa es mi humilde opinión.
 
LP—La sociedad actual está tan mal por las fechorías de los malos como por el silencio cómplice de los buenos, así nos lo recordaba siempre Cabral. ¿De qué o de quién te gustaría ser cómplice, Rosa?

RS—De todas aquellas personas sencillas, coherentes y con un elevado sentido de la justicia.
 
LP—Tus títulos, Rosa, son tremendamente sugerentes. Por favor, ¿me quieres explicar en qué consiste tu novela LA EDAD DE LAS PALABRAS PROHIBIDAS?
 
RS—Está ubicada en una época marcada por el fanatismo religioso y por todo tipo de censuras, la Edad Moderna Española, con el Tribunal de la Inquisición como telón de fondo. De ahí viene su título. La considero mi mejor obra porque en ella reflejo todo lo que me atrae de aquella época (aparte de lo que hablaba al principio): poesía, misterio, Órdenes de Caballería…
 
LP—¿Qué opinión te merecen los llamados premios literarios para autores noveles?
 
RS—Los considero un buen incentivo para muchas personas con aptitudes para la literatura que no se deciden a sumergirse en este mundo por iniciativa propia porque creen o piensan que es un mundo difícil o totalmente inaccesible como para adentrarse en él. Así empecé yo mi andadura por el mundo de las letras, de otra forma, no creo que me hubiera planteado escribir libros. Lo veía algo ideal, pero lejano e inalcanzable. Y no es así.
 
LP—Yo siempre dije que, para mí, Facundo Cabral era el argentino más grande que pisaba este planeta. Ahora, tras la ocupación del trono de Pedro por el Santo Padre, El Papa Francisco, irremediablemente, ese título se lo entrego al Santo Padre. ¿Qué opinión tienes de este hombre lleno de humildad y valentía?
 
RS—Creo que su personalidad ha sorprendido a propios y extraños. Ver un Papa tan excesivamente comprometido, amable, entregado, sencillo y alegre… no es precisamente lo que el mundo esperaba. Un encanto de ser humano.

LP—Juan Rulfo, amiga Rosa, escribió dos novelas y se inmortalizó para siempre, EL LLANO EN LLAMAS y PEDRO PÁRAMO fueron sus obras. ¿Qué te falta a ti para inmortalizarte?
 
RS—Contar con la suerte necesaria como para llegar a un gran público, porque la ilusión y la constancia ya la tengo, siempre trato de darlo todo.
 
LP—LA GRAN CREACIÓN DEL SABIO CREADOR me subyuga solo de leer su título. Adéntranos, por favor, en el contenido de esta obra.
 
RS—En este cuento trato, con un lenguaje ameno y original, acercar a los niños la imagen de Dios Padre, ese gran desconocido para ellos, como creador de todo cuanto existe.
 
LP—¡Madre! –Le dijeron un día a la Madre Teresa- yo no bañaría un leproso, (mientras ella los bañaba), ni por un millón de dólares. Y la Madre respondió: “Ni yo tampoco, porque a un leproso solo se le baña por amor” ¿Qué harías tú por amor, pero en el sentido amplio y maravilloso de la palabra?
 
RS—Por amor haría cualquier cosa, y digo cualquier cosa en el amplio sentido de la palabra. Cualquier cosa, aunque pareciera o fuera una locura a los ojos de muchos.
 
LP—¿Qué admiras de Alberto Gil, ese ciego que nos ha conmovido a todos?
 
RS—De Alberto me gusta todo: su humildad, su simpatía, su gran talento narrativo, su tesón y perseverancia, su carisma… es un genio. Y como todo buen genio no le falta ilusión, ni inspiración, ni es corto de memoria. Para él un 10.
 
LP—Dios, mis libros y silencio, limpia casa, justo pan, inquietudes, añoranzas y no pido más. ¿Qué te parece el axioma?
 
RS—Muy sugerente y completo, reúne todos los ingredientes para elaborar un buen libro.
 
LP—¿Qué tiene que tener un libro para que sea exitoso? Publicidad, buena narrativa, calado en el alma del lector, emoción, misterio………
 
RS—Estar escrito con dedicación, esfuerzo y con mucho corazón. Lo demás depende de una buena campaña de publicidad, que también influye, y mucho… claro que sí.
 
LP—Facundo Cabral te diría: “Cada mañana es una buena noticia, cada hombre justo es una buena noticia, cada niño que nace es un buena noticia, cada escritor es una buena noticia, porque cada escritor es un soldado menos.” Hoy, para mí, Rosa, tú eres la mejor de las noticias. Añade lo que tu corazón te indique. Un fuerte abrazo.
 
RS—Yo añadiría que cada gesto amable que dedicamos a otra persona, por pequeño que éste sea, cuenta y marca la diferencia, aunque parezca que a simple vista suene a poco. En el corazón de cada uno significa algo muy grande. Sobre todo en una sociedad tan falta de valores, donde es tan difícil encontrar una mano amiga y desinteresada… No olvidemos nunca que se dijo: “Cada pequeño servicio, por diez os será recompensado”. Y más que una frase, a mí me suena a promesa. Por lo tanto, muchas gracias, Pla Ventura, por tu cortesía, amabilidad y buen hacer para conmigo. Un fuerte abrazo, amigo.

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