martes, 24 de diciembre de 2013

APRENDIENDO A DESAPRENDER



Diciembre… una época temida por unos y esperada con ilusión por otros. Pero, ¿qué es, en realidad, la Navidad para despertar tantos sentimientos enfrentados? Todo depende del sentido que cada uno decidamos darle. Mientras unos celebran nacimientos, tradiciones, preparan fiestas, regalos y emocionantes encuentros en familia… otros invierten esos significados de felicidad y solaz transformándolos en añoranza por las ausencias y evocación nostálgica de tiempos pasados. Si deseamos vivir en plenitud cada momento, es necesario tomar conciencia de nuestra postura ante la vida, pues es, en realidad, lo que la determina. Todo es una cuestión de actitud.

El año pasado, por estas fechas, escribí sobre el sentido consumista que esta sociedad le ha dado a la que debería ser la festividad menos consumista del mundo. ¿Qué es la Navidad, entonces? ¿Qué simboliza, en realidad: una excusa para ser ‘solidarios’? ¿Una época de excesivo consumo? ¿Un período de melancolía? ¿O se trata de una oportunidad más de renovar lazos perdidos con ciertos familiares o amigos, aprovechar el tiempo libre y revivir ilusiones? ¡Cuántas personas con las que nos cruzamos a diario suspiran con desgana por la llegada de diciembre! Pero quizás no sepan lo felices que podrían llegar a ser... si verdaderamente así se lo propusieran.

El ser humano, a consecuencia del miedo, los apegos y las carencias, pierde la oportunidad que la vida misma y el libre albedrío le brindan de ser dueño, responsable y conductor de su propia vida. Cuando nos dejamos llevar por sensaciones negativas perdemos el control de nosotros mismos adoptando con facilidad ese rol de víctima con el que tanto disfruta el ego. Porque lo realmente meritorio es tener valor y superarse. Y nuestro ego lo sabe, pero no deja de ser ego. Lo fácil para él es dejarse llevar y derrumbarse. ¿Quién dirige nuestra vida, entonces? Ser felices es una opción exclusivamente nuestra, independientemente de las circunstancias, la época del año o la realidad que nos rodee.

Cuando tomamos conciencia de que ‘creamos y atraemos’ aquello en lo que ‘creemos’… surge el milagro. Por eso es tan importante vivir en el presente y dejar atrás ese inútil empeño de rememorar tiempos pasados o predecir tiempos futuros, con la ansiedad que esto provoca. Presente y más presente. Es más acertado vivir el presente, agradeciendo lo que tenemos, lo que sí ‘es’, dejando pasar la frustrante necesidad de anhelar lo que no tenemos, o lo que podría ‘ser’ y no ‘es’. La vida es aquello que va aconteciendo, el error está en idealizarla.

¿Sufrimos especialmente, en estas fechas, por los seres queridos que no están? Si los seres queridos que marcharon, en realidad son queridos, estarán presentes en cualquier época del año. Mi reflexión pretende ir más allá y está centrada en dar a entender que hay que aceptar y agradecer lo que sí ‘es’, liberándonos de la ansiedad del ideal. O dicho de otra manera, si no somos felices con lo que tenemos, difícilmente lo seremos con lo que nos falta. Ésa es la cuestión. No se trata de olvidar. Aceptar y agradecer la realidad contra lamentarse y renegar de ella.

Si pusiéramos a cero el cuentakilómetros de nuestra existencia y aprendiéramos desde hoy que el desapego y la independencia es la clave de nuestra felicidad presente y futura, veríamos las cosas desde otra perspectiva. El apego y la dependencia a las cosas y a las personas terminan haciendo de nosotros unos nostálgicos empedernidos. Siempre nos faltará algo o alguien. Y así sucesivamente, un año tras otro… y cuantas más carencias y ausencias, mayor sufrimiento. Y más visitas al psicólogo y más antidepresivos líderes en ventas. ¡No! Debemos asumir que hay cosas y situaciones que nunca podremos cambiar. Hay que aprender a aceptarlas, fluir y dejar el pasado en el pasado. El futuro no existe, por lo tanto, no hay riesgo en él, no hay que volar tan alto. Sólo presente y más presente… Y sólo de esta manera aprendemos a dejar ir a aquellas cosas que tan infelices nos hacen. Desaprender a aferrarnos tanto a lo que no existe. Desaprender a quejarnos si llueve, de la lluvia, y, si hace sol, del sol. Aprender a adaptarnos a las circunstancias, empezar a confiar, tener fe… porque todo se pasa y pasa por algo.

Al tomar conciencia y las riendas de nuestra vida, nos damos cuenta de que nada ni nadie es eterno ni imprescindible... Es bueno aprender a perder, para cuando llegue el momento. Y así, al olvidarnos de los apegos, al liberarnos del miedo, al volvernos independientes, volvemos a ser las almas libres que en realidad somos. Hemos nacido para el amor y la felicidad, no para perder el tiempo. Por eso, cuando tenemos el control, nada ni nadie puede influir en nuestra felicidad individual. Bueno, sí, pero solamente para aumentarla.

Pese a toda circunstancia, la vida sigue y hay que vivirla con calidad. Aprendamos a desaprender aquellas cosas, usos y costumbres que no nos hacen felices. Me aplico el cuento desde ya deseando que en estas fiestas vuestro mayor problema sea no saber qué poneros. Os aconsejo que, pase lo que pase, ante cualquier duda, os ‘pongáis felices’. Pues, como os decía, la felicidad es una actitud y nuestro principal propósito de vida. ¡Felices Fiestas y Feliz Año Nuevo!

6 comentarios:

  1. ¿ Qué eres tu sin tu prójimo? Ya me día la meua avia:Eres un desapegat.
    Axi i tot BON NADAL DEL PASAT, BON NADAL D'AHUI Y BON NADAL PER LO QUE DURES SI EL VEUS.
    Deu vos guard

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    1. Rafael, somos 'la suma de todos'... esto es más que un eslogan madrileño para mí. Gracias enormes por estar siempre ahí, a la sombra de la amistad, ahí siempre. BON NADAL I QUE SIGA PER MOLTS ANYS

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  2. Ya se lo que me voy a poner éstas navidades, me pondré feliz, por ooder leerte, verte y escucharte...eres uuna emoción que emociona, juegas con las letras y bailas con los significados...eres luz de estrella, polvo de viento y alegría terrestre, me encanta como escribes y me apasiona como describes, un besazo y Feliz navidad.

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    1. Fran, eres un mar de sensibilidad, un tornado de bondad, una pira de calor humano incandescente, la humildad de la tierra que yace a nuestros pies. Gracias por tanto cariño y un abrazo emocionado.

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  3. Supongo que la Navidad (como tu cumpleaños) es un momento en el que te das cuenta de que el tiempo pasa. Recordamos navidades pasadas (cumpleaños pasados), gente que echamos de menos y quizá en otra época del año, con la vorágine de la rutina diaria, no echemos tanto de menos... Por eso es una época para hacer balance del pasado, del presente, de dónde quieres estar en el futuro y por eso es un tiempo que nos provoca tantas emociones positivas y negativas.

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    1. Por supuesto, Ana! Por eso nuestra actitud es crucial.
      Se dijo que quien vive en elpasado, sufre de depresión, y quien vive en el futuro de ansiedad. Por eso sólo se puede vivir bien en el presente.
      Te quiero mucho, amiga. Que tengas un feliz año nuevo, lugar de nuevos encuentros y emociones.

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