sábado, 19 de septiembre de 2009

DISCIPLINA POSITIVA

Lo podemos ver a menudo en diferentes programas de televisión, esa caja boba que parece haberse convertido en el caldo de cultivo de la intolerancia y la ociosidad, que hoy día enseña más mal que bien y que muchos todavía optamos por ignorarla excepto a la hora de las noticias (noticias que corroboran lo mal que andamos por este planeta).
Ahora bien, distingamos entre dos clases de crítica, pues, aunque parezca mentira, una crítica puede darse con buena intención. Es decir, es muy poco lo que separa a una crítica destructiva de una crítica respetuosa. Sin embargo los resultados pueden ser absolutamente opuestos:

-La crítica constructiva: es la que ayuda a mejorar lo criticado, aconseja con generosidad y no hiere.

-La crítica destructiva: es la que no aporta nada, ni a quien la produce ni a quien va dirigida. Humilla y desanima haciendo que quien la recibe no reflexione sobre su conducta para intentar mejorarla, sino que la toma como un reproche, generando odio y rencor. Denota una soterrada cobardía exenta de nobleza por parte de quien la imparte. Y, cuidado, tiene efecto boomerang y deja daños irreparables en la parte espiritual de la persona que la hace.

Por desgracia, vivimos en una sociedad muy dada a la crítica destructiva. Crecemos acostumbrados a despotricar sobre nuestros semejantes, sin hacer distinciones de ningún tipo.

La crítica destructiva es la que divierte y entretiene, pareciéndonos imposible escapar de esta epidemia siendo tan abundante.
En política: un gobierno critica a otro lejos de unirse en busca de soluciones efectivas.
En sociedad: se está perdiendo la disciplina y el respeto que con tanto ahínco nos trataban de inculcar nuestros mayores.
En familia: parece haberse perdido el cariño y el respeto entre unos y otros.
También es muy común la crítica absurda, o dicho en buen romance, criticar por criticar. Cuando alguien critica pero no aporta una explicación mejor se autodescalifica porque critica por criticar, por la crítica misma y no para aportar soluciones.
Por lo tanto, amig@s: tengamos mente analítica, pues la crítica destructiva o absurda no es más que la ausencia de amor.

6 comentarios:

  1. Que poco cuesta criticar. Realmente tenemos una facilidad tremenda para hacer criticas de otros, engañandonos en muchas ocasiones al decir... es una critica constructiva y en realidad no es así.
    Estupendo tu post amiga mia, es muy bueno que nos recuerden que no debemos de criticar, que realmente en muy pocas ocasiones podemos sacar algo positivo de ello.
    Y en muchas, si en ese momento nos mordieramos la lengua... por ahí dicen que nos envenenariamos.
    En fin... menos criticas y mas amor y tolerancia.
    un abrazo

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  2. Bonito post, Rosa.
    Pero que tu reflexión llegue... difícil.
    Como decía esa lapidaría frase, que tenía que ver con la paja en el ojo de uno y la viga en del otro?
    Siempre la olvidamos jajaja!!!
    Un besote y lindo finde, amiga
    Gizz

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  3. 20 de septiembre de 2009l
    -¿ Que ocurre si la crítica
    constructiva no hiere, aconseja mejorar lo criticado pero, empuja por otros derroteros a lo en origen concebido ?
    - A lo hecho, pecho. Nada lo destruye. Los que atacan provocan la curiosidad de los expectantes. Si se concibió bien, se manifestó de acuerdo consigo mismo
    y tiene certeza, el odio, el rencor están en otros, No deben provocar correspondencia, más bien confirmación de lo manifestado.
    -Sobre la crítica absurda: " No hay preguntas estúpidas, solo estúpidas respuestas"
    Bienvenida sea cualquier crítica que revulsione la mente , llamenla como la llamaren.
    20 de septiembre de 2009

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  4. Pero hay que saber aceptar l crítica constructiva y hoy hay que tener mucho cuidado al hacerla. ALgunos se molestan y se sienten heridos al pensar que lo haces para atacarles y cuantas veces hay una intención real de mejorar y ayudar.

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  5. Criticar es construir algo que nunca está completo, unas veces consistirá en vaciar el contenido para rellenarlo mejor y otras añadir nuevos valores que complementen y perfeccionen la obra. Y siempre la crítica estará de parte de la verdad y en búsqueda del bien adornado por la libertad y llena de amor.
    Todo lo que se haga fuera de estos parámetros será lo que ustedes quieran(murmuraciones, maledicencias, divertimento, mentiras, entretenimiento e irresponsabilidades...etc.) pero no podrá llamarse critica.
    Hay quienes confunden criticar con verborreas irresponsables y sin fundamentos racionales apoyados en conocimientos que permitan discernir y analizar el hecho criticado. Se habla si saber y se opina sin conocimiento. Y en la mayoría de las habladurías hay muchos mecanismos de defensa que justifican sus complejos, envidias, impotencias y una inmadurez que empieza por el desconocimiento de uno mismo.
    Se hace necesario empezar por conocerse uno mismo, y luego formarse en el conocimiento de lo que queremos criticar. Si no es así, mejor es aprender y callarse.
    Un abrazo.

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