martes, 22 de septiembre de 2009

ESE LASTRE LLAMADO... EGO

En psicología, “yo” o “ego” (del latín), se define como la unidad dinámica que constituye el individuo consciente de su propia identidad y de su relación con el medio. Pero el ego es un término difícil de definir dadas sus diferentes acepciones. Para su buen entendimiento general, diremos que se trata de un rol que nos confunde: confundimos el ego con el yo, con la propia persona, con la verdadera identidad, ya que no lo tomamos como un rol sino como que somos nosotros mismos. Por citar un ejemplo, es como confundir el personaje de una película con el actor que lo representa.
Es obvio que nuestra personalidad está atada al ego de forma psicológica, pero debemos ser conscientes de que nosotros no somos ese ego. Aunque se trata de nuestra mayor debilidad, pues sino: ¿por qué nos cuesta tanto pedir perdón? ¿Por qué nos ofendemos con tanta facilidad? ¿Por qué vivimos más preocupados por el “aparentar” que por el “ser”? Todas las respuestas giran en torno a una sencilla explicación: las personas nos dejamos llevar muy a menudo por los roles del ego: el victimismo, los prejuicios, la irascibilidad, el orgullo, el protagonismo, el desinterés… todo aquello que nos hace sentir “amos” cuando en realidad no somos más que “esclavos”.
También nos confunde pensar que el ego es sólo pedantería, soberbia, etc. Pues también es signo de complejo de inferioridad, es sentirse disminuido al ser comparado frente a otros. Hay personas que gozan con el rol de víctima porque les da el poder de manipular, de llevar las riendas de una situación concreta, cuando en realidad no poseen ni siquiera el poder de decidir analíticamente.
Ahora bien, el ego también es pensar siempre en función de uno mismo, es no ver más allá de nuestros propios ojos, es esperar de los demás sin estar capacitado para entregar, para ofrecer; es centrarnos en nuestra propia persona.
El falso orgullo también es un rol del ego, pero no pasa lo mismo con el orgullo “sano”. Éste último se manifiesta cuando nuestros semejantes alcanzan una meta, o cosechan un éxito, y nos sentimos orgullosos de ellos. Pero el orgullo es negativo cuando busca la necesidad de sobresalir, de resaltar respecto a otros. Y lo mismo pasa con la envidia.
Por desgracia vivimos en una sociedad donde cobra mayor importancia lo que se dice de una persona que su verdadera valía personal, arrastrándonos así a preocuparnos en exceso por nuestra calidad de imagen, por cómo nos ven “desde fuera”, descuidando nuestra verdadera personalidad en un combate sin descanso donde nuestra máxima preocupación es parecer y no ser. Por lo tanto, podemos afirmar que el ego vive de la apariencia y es una gran barrera para nuestro crecimiento personal.
Según la filosofía oriental, el yin y yang es un concepto basado en la dualidad de todo lo que existe en el universo. Describe las dos fuerzas fundamentales, aparentemente opuestas y complementarias que se encuentran en todo (por supuesto, también en el ser humano). Y efectivamente así sucede con todas las cosas: hay dos polos opuestos, uno positivo y otro negativo, hay luz y oscuridad, hay sonido y silencio, hay calor y frío, hay quietud e inquietud, etc. De este modo, las personas también cargamos con dos personajes en disputa: uno que se afana por el éxito material y otro que aspira a elevarse espiritualmente.
Nuestro ego acumula una tremenda dosis de egoísmo, y también está poseído por tantos roles materialistas que no percibe lo vano que es todo: críticas, discusiones, etc. Mientras que el espíritu que habita en nosotros, polo opuesto del ego, es la parte de nuestra personalidad que despierta en nosotros la vocación de servicio, la compasión y el amor hacia los otros. Es la voz de la conciencia que inspiró la famosa frase: “En el olvido propio se encuentra uno a sí mismo”.
Amig@s, en definitiva, para estar totalmente exentos de los perjuicios del ego, en primer lugar, debemos adquirir conciencia del mismo autoanalizándonos y tratando de eliminar, poco a poco, el uso frecuente del pronombre “yo” en nuestras conversaciones. Reconozcamos que el ego quiere que nos sintamos ultrajados cuando recibimos un trato incorrecto o nos insultan: no le demos la razón, es la única forma de librarnos de él. Seamos pacientes y escuchemos a los demás. Valoremos a nuestros semejantes tratando a todos por igual. Huyamos del favoritismo. Demos más y pidamos menos. Acerquémonos a la verdadera libertad, la que no necesita nada para probar su existencia.

14 comentarios:

  1. Imagínate rosa, yo que no veo, no puedo juzgar por lo que parece. Los prejuicios están más extendidos de lo que debiera.
    Gracias por regalarme tus atenciones.
    Que todo esté bien.
    Besos cariñosos y buena tarde.

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  2. Aya ay ay, que esa es la palabra de la que este mundo se llena, que ese es el verdadero problema que hay que arreglar. Que así acabó Dorian Gray. Desterremos el Ego y tendremos otra visión de las cosas. Una reflexión genial. Gracias por ella.
    Un saludo

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  3. UN EGO SANO...sólo lo concede Dios, pues hace que la persona humana se valorea a sí misma, sin orgullo y vanidad.
    Amor y paz.

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  4. Alberto: todo un honor contar contigo. Veo que sigues salvando barreras con fortaleza e ilusión. Eres ejemplo a seguir. Gracias por tu regalo de hoy.

    Ángel: Sí, Ángel, tú lo has dicho, el principal problema... ¿Algún día la raza humana despertará de su "egoico" letargo? Espero que sí. Gracias, amigo.

    Roshbalam: la autoestima es importante, si nos aceptamos y valoramos podemos "entregarnos" con mayor "felicidad" a los otros, pero en exceso (como casi todo) se convierte en ego. Gracias y bienvenido.

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  5. Me ha gustado esto: “En el olvido propio se encuentra uno a sí mismo”. No conocía la frase.

    Un abrazo.

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  6. " Yo te bendigo Padre,Señor de cielo y tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes y se las has revelado a pequeños"

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  7. Ana: me alegro de verte por aquí y que la frase haya sido de tu agrado. ¡¡Gracias por tu comentario!!

    Ruy:"El Padre quiere ser adorado así. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad". Gracias por pasar por aquí.

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  8. Es fácil la teoría Rosa, pero para nada fácil la practica.
    Deshojar todas las capas existenciales, y encontrar ese yo autentico,en su esencia pura ...no se yo.
    Creo que muy pocos místicos, lo consiguen
    Pienso que lo más humanamente factible, es en esa lucha, no irse hacia el extremo negativo
    No dejar que nuestro ego se convierta en arma dañina
    Pero para desprendernos completamente de él, se requiere una fortaleza espiritual...no muy humana, y más cercana a lo divino.
    Besos Rosa y lindo finde

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  9. Estimada Gisela: lo único imposible es aquello que uno/a ni se propone ni intenta. Tienes razón respecto a que a la hora de poner las teorías en práctica... aún con buenas intenciones, cuesta mucho y solemos decaer en el intento, pero para eso nos comprometemos a hacer el cambio: hay que ser perseverantes.
    Para que el ser humano deje a un lado su ego deben cumplirse unas cosillas:
    1º.- La persona debe "querer" deshacerse del ego y sus roles. Estas cosas no se pueden "imponer", sino que deben nacer del deseo de uno/a mismo/a.
    2º.- Después debe esforzarse por reconocer sus faltas, debilidades, etc. O sea, ser consciente.
    3º.- Evitar las situaciones en las que el ego intenta jugar su papel, siendo humildes, pacientes y considerados.
    4º.- Reconocer que el prójimo es lo primordial, tratando de quedar uno/a mismo/a en 2º plano.
    Amiga, no es difícil. El ser humano necesita un cambio de conciencia o acabará "estancado".
    Un saludo y muchas gracias por tu aportación.

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  10. Ego desvocado, quien? yo?
    Yo soy demasiado bueno para eso...
    jajajajaja


    Saludos y un besazo!

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  11. jajaja
    Sí Antonio tu a parte de estar desbocado, eres demasiado bueno jajaja

    Rosa:
    Lo que detallas, es lo que to llamo la eterna lucha con nosotros mismos.
    Eso no es difícil, menos imposible
    Y estoy completamente de acuerdo contigo

    Yo hablaba de lograr vivir, sin nada de ego.
    Besotessss

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  12. Antonio: se nota que eres del sur. Así me gusta: con sentido del humor. Un saludo y gracias.

    Gizela: gracias por tu nuevo comentario, sabía que me habías comprendido anteriormente pero quería aprovechar para aclarar esos puntillos dirigidos a todos en general. Gracias, guapa.

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  13. Hola Rosa, pasaba a dejar mi mejor abrazo en tu bello rincón.

    MentesSueltas

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  14. Navegamos en una dualidad, pues frente al bien está el mal y así todo y más de lo que has dicho. En este proceso podemos considerarnos dividido en lo personal y comunitario; en lo singular y plural. Somos seres individuales, únicos e irrepetibles, pero al mismo tiempo estamos llamados a relacionarnos y depender unos de otros. Tenemos una dimensión comunitaria. Y esto es patente y claro desde la sociología y la dimensión humana, pero también desde la espiritual que, sin vinculación humana, estamos entrelazados más fuerte todavía desde la fraternidad de ser hermanos en XTO.JESÚS. Hijos de un mismo PADRE en el HIJO(JESÚS), que nos hace hijos y hermanos.
    Desde ahí nuestro ego, en sentido general, está llamado a morir para darse en amor entre los demás. Desde ahí todo lo personal está vinculado a lo comunitario y los egos no tienen sentido, porque el amor lo envuelve y llena plenamente. Indudablemente el mundo sería de otra forma.
    Y todo pasa por la transformación de ti y de mi, esa es nuestra utopía: abrirnos al amor.
    Un abrazo.

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