viernes, 26 de junio de 2009

DESDE HOY BRILLA UNA ESTRELLA MÁS


-¿Sabes quién se ha muerto?

-Sí, una actriz de los ángeles de Charlie...

-También, pero me refiero a un hombre, y muy famoso por cierto...

-Pues no sé, ¿era español?

-No.

-Pues no he visto las noticias hoy.

-¡Michael Jackson! Ese que abusó de un menor...

-Ah, pues no, no lo conozco.

-¿Cómo es posible?.. ¡El que cantaba Thriller!

-¿Thriller?

-¡El rey del pop!

-Ah, te refieres a ese Michael Jackson, sí. ¡Era un fenómeno!

-¿Qué dices..? ¡Si Michael Jackson sólo hay uno!

-Parece que no. Pues el Michael Jackson que yo conozco lanzó una producción musical llamada We are the world destinada a reunir dinero para ayuda humanitaria en África...

-¡Y el que yo te digo también!

-No, el que tú me dices abusó de un menor... Y al que yo me refiero lo absolvieron porque demostró ser inocente.

-Bueno...

-Piensa una cosa: aquella denuncia pudo ser verdad como pudo ser una estrategia de una madre aprovechada para conseguir dinero. El caso es que fue absuelto y declarado inocente. Por eso prefiero recordarlo por lo que sí es verdad que hizo: fue el artista que más dinero ha aportado para causas benéficas en la historia, ayudando a 39 instituciones de caridad y donando más de 300 millones de dólares.

-Ah, no sabía tanto de él...

-No lo sabías porque lo que se hace bien no trasciende. Vivimos en una sociedad que al más ínfimo error te condena (error que puedes haber cometido o no), y pasas a la historia como "aquel que hizo tal cosa"... Sin embargo, lo positivo (aunque sea algo que roce lo heroico), parece no tener la más mínima importancia.

-¡Tienes razón! Era todo un talento.

4 comentarios:

  1. Hola Rosa, totalmente de acuerdo contigo. El, el "Rey del Pop" al igual que Elvis Presley, el "Rey del Rock", no supieron convivir con el mito que ya eran en vida... además de tener unas infancias muy complicadas... somos los niños que fuimos, ¿te das cuenta?...

    Michael, descansa en paz, muchos te recordaremos porque contigo aprendimos a bailar y porque estuvistes presente en nuestras primeras aventuras amorosas. También por las cosas buenas que hicistes, yo de lo malo, con lo mío tengo más que suficiente...

    PAZ Y AMOR para todos, sobre todo para ELLOS...

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  2. José Mª: tienes razón, somos los niños que fuimos. Nuestro pasado proyecta nuestra sombra de hoy, pero si no tuvimos una infancia feliz no debemos dejar que repercuta en nuestro presente (como pasó con Michael y otras muchas personas).
    Ojalá nuestro niño interior sólo manifieste la inocencia, la ternura de la infancia, y que aflore en nosotros para nuestro bien y el de todos los seres.
    Me gusta esa frase tuya: "Me quedo con lo bueno de las personas, pues para lo malo, con lo mío tengo bastante"...
    PAZ Y AMOR para todos, sobre todo para ELLOS, los más necesitados.
    Un fuerte abrazo.

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  3. Seguridad, ésta es una palabra importantísima para el mundo de hoy. Nos sentimos amenazados por mil y una realidades, pero también por numerosos fantasmas que sirven a intereses poderosos. Una sociedad bajo amenaza es siempre susceptible de vender su libertad a cambio de “seguridad”. Pero ¿qué seguridad nos venden? ¿Puede ser tal cuando hace de las personas distintas una potencial amenaza? ¿O cuando convierte la injusticia en “seguridad” para el bienestar de algunos? ¿Dónde los límites? Podríamos seguir indefinidamente, pero quizá baste con preguntar qué es seguridad y qué es amenaza.
    En medio de esta complejidad, encontramos demasiadas veces personas que se sienten incapaces de sostenerse sobre sus propios pies: mantener sus convicciones, apostar por algo en la vida, emprender nuevos retos, descubrir otros horizontes… en resumen, vivir convencidos de que pueden mantenerse en pie en medio de los cambios, la inseguridad y las incertidumbres de la vida.
    Entre una sociedad blindada y unas personas frágiles, parece que no se puede encontrar una salida. Edith Stein, con su peculiar sensibilidad ante lo oscuro de nuestra humanidad, nos ayuda a volver la mirada hacia la fuente de la Vida. Hay muchas ofertas: para nuestras necesidades, para nuestros deseos; ofertas de sentido y de amor, de metas y de proyectos. La que nos ofrece Edith está más allá de nuestras manos y se encuentra en las manos de Otro que nos sale al encuentro desde el interior de nuestra propia debilidad.
    Su experiencia nos ayuda a reconocer, además, el ensueño de muchas de nuestras presuntas seguridades. Junto a la sana confianza y seguridad personales, no olvidemos la tentación de afirmarse por sí mismo ante todo y frente a todos. Buscar en la propia fuerza el sostén de nuestra vida, fundar en nosotros mismos la consistencia de nuestro ser, dominar lo más posible para sentirnos a salvo. Fatal engaño.
    Edith Stein no fue una mujer falta de recursos. Su capacidad personal podía hacerla especialmente vulnerable ante esa seducción de la seguridad de lo humano en sí mismo. Sin embargo, su mayor riqueza está en la hondura de su experiencia del Espíritu. Desde ella, su voz nos devuelve con serenidad a la verdad reconciliada de nuestra propia fragilidad. Somos frágiles y en esa nuestra debilidad podemos hallar también la realidad luminosa de Dios.
    Libres de la autoafirmación destructiva y opresora con los demás, la experiencia del Espíritu nos ayuda a descubrir que el Amor trinitario nos envuelve y sostiene. No controla la vida, no somete la realidad, ni siquiera nos pone al amparo de las tormentas y oscuridades que acompañan la historia. Por el contrario, nos invita con Jesús a entrar en ellas con todas las consecuencias, a no evitar el camino de la Pascua ni los trabajos por el Reino de Dios en la tierra. Y en el fondo de esa experiencia, la de vivirnos frágiles en medio de la inseguridad, Dios se nos acerca como el Amor insondable que sostiene nuestro ser.
    Somos eternamente amados por Él. ¿Podemos encontrar mayor seguridad? ¿Qué importan las vicisitudes del camino y las amenazas reales contra los seguidores de Cristo? La última palabra sobre nuestra vida la tiene el Amor de la Trinidad: del Padre que nos sostiene, del Hijo a quienes estamos unidos porque Él es carne de nuestra carne, del Espíritu que nos habita con el amor de los Tres. Ese es el brazo fuerte, la seguridad de nuestra vida capaz de superar nuestros miedos reales y fantasmas, de lanzarnos por los caminos de la tierra tras las huellas de Jesús sin temor a nada porque siempre, en todo momento, pase lo que pase, “nos sabemos sostenidos y ese sostén nos da calma y seguridad”.
    Pu

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  4. Ruy: bienvenido.
    Me has sorprendido con tu charla de hoy y confieso que me es difícil seguirte, ya que no consigo encontrar en esta entrada el origen de tu respuesta. Aún así agradezco tu exposición enormemente.
    A veces debemos utilizar la intuición, que no suele fallar, para discernir entre "seguridad" y "amenaza". Un amigo me enseñó una frase bastante profunda: "La verdadera amistad comienza cuando desaparece el interés". En la vida hay que estar ojo avizor para no permitir caer en engaños y artimañas que forman parte del sistema de casi todo: publicidad, venta, etc.
    Hay muchas inseguridades: unas son más bien producto de nuestra mente, otras no, pero la peor de todas es la del actual panorama laboral: es difícil mantener la calma cuando lo que está en juego es tu medio de vida y el de tu familia.
    Edith Stein estaba en un nivel superior de conciencia, al igual que Teresa de Calcuta o Vicente Ferrer: ese es el secreto por el cual podían mantenerse en su lugar sin decaer influenciados por la enfermedad y la desesperanza que les rodeaba. Desde ese plano no tenían "problemas" porque estaban más cerca de Dios que cualquier ser humano normal. Por eso debemos seguir el ejemplo, pues a veces hacemos una montaña de un grano de arena.
    "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí" ¡Qué cierto y qué triste! Creéme: podríamos hacer verdaderos milagros mientras nos quejamos por nada.
    Muchas gracias. Un fuerte abrazo.

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